El problema más grande al que se enfrenta la Unión Europea, la causa de su ineptitud diplomática, de su indefensión y desconexión de la realidad actual y de todas las taras que la aquejan, es la perversión de sus miembros y Autoridades. 
El ejemplo más perverso y demostrable de esta situación la podemos encontrar en los "robos legales" a la recaudación fiscal de los Estados miembros. Luxemburgo y Holanda se han dedicado desde hace años a sustraer capitales y "robarle" ingresos fiscales a sus socios, empleando la trampa de rebajar impuestos a las grandes empresas que instalan las sedes principales en sus territorios, aunque sus operaciones se desarrollen en otras naciones. Estamos hablando de rebajar los impuestos al 1 % en vez del 25% que pagarían en España o Francia, por ejemplo. Esos dos países han estado robando legalmente MILES DE MILLONES a sus socios, un delito "legal" en Europa que se mantiene porque las Autoridades Europeas así lo han decidido.
Por el daño causado a los otros países de la Unión Europea, estos tipejos deberían estar en la cárcel, pero no es así. El luxemburgués preside la Comisión Europea y el holandés es el Presidente del Eurogrupo. O sea que en vez de tomar represalias contra estos sinvergüenzas, los premiamos y colocamos en posiciones de preservar y magnificar sus "delitos legales". 
Para reparar el daño causado por Holanda y Luxemburgo a sus vecinos, se han impuesto multas de 25.000.000 € a las empresas evasoras de impuestos. Pero las "Autoridades" Europeas han sentenciado que esas multas vayan a engrosar las arcas de Holanda y Luxemburgo, una decisión que refleja el grado de inmoralidad que ha sido inyectada al Gobierno de Europa.
Que los Presidentes de los principales Organos de Gobierno de la Unión Europea sean pillos ya es grave, pero que hayan sido elegidos por mayoría de los representantes de los pueblos de Europa demuestra una perversión general sin parangón. Razón tienen quienes vaticinan un muy negro destino para esta unión artificial de países manejados por sinvergüenzas.
