Nadie
podrá decir que el fracaso de MADRID 2020 no estuviera cantado de antemano. La
saga de la estafa a Madrid había sido advertida por diversas fuentes desde
hacía meses. Este mismo blog anunció con 48 horas de antelación que los Juegos
2020 serían confiados a TOKIO. No se trataba de una adivinación, bastaba leer
los comentarios internacionales y analizar la argumentación de los entendidos.
En
realidad Madrid 2020 había perdido casi al nacer, meses antes de viajar a Buenos
Aires. Se trataba de una carrera de burros contra purasangres, en la que Madrid
iba cargada con 100 kilos de piedras y el caballo japonés, conducido por un
jinete de prestigio, acaparaba el favoritismo internacional. No fue casualidad
que las casas de apuestas diesen a Madrid como perdedor y que pagasen el sábado
por la mañana 1,65 por el triunfo de Tokio, 3,90 por Estambul y 6,40 por
Madrid.
Pensando
en las aspiraciones de Cataluña a protagonizar los Juegos de Invierno 2022, me
permitiré analizar el fracaso de Madrid 2020 que, no por repetitivo debe ser
olvidado. Empezaremos por descifrar la verdadera motivación que pueden haber
tenido las autoridades madrileñas para empeñarse a través de los años, en pedir
la Sede Olímpica:
EMOCIONALES: Ser Sede Olímpica
constituye un motivo de alegría colectiva y prestigio internacional que ningún
otro evento podría reportarle a un colectivo. Si a ello agregamos la
circunstancia de que otra ciudad de un mismo país, y no la más populosa por
cierto, haya ofrecido los Juegos en el pasado, el empeño por alcanzar la sede
está más que justificado. En el caso de Madrid, ese empeño olímpico se
magnifica y transmitirse insistentemente a la población, porque la otra ciudad
es la odiada Barcelona.
POLITICAS: El realce
internacional que logra el país que alberga unos Juegos es inmenso,
especialmente si los administra impecablemente. El partido que gobierna
históricamente en Madrid nunca ha perdido de vista este factor multiplicador,
aunque jamás ha advertido que el mundo es hoy un pañuelo donde cualquier
estornudo es tomado en cuenta y que sus exabruptos de ayer podían devolverse
cual un bumerang contra sus autores. En este Siglo de la Comunicación, todo lo
que hagas o digas, aunque sea a modo de chiste inocente, es registrado y
recordado, desde las risas en el Tribunal de los acusados por dopaje en el Caso
Puerto, las infamias desmedidas contra un ídolo internacional, la corrupción en
la contratación de obras públicas y los sobresueldos del PP.
Alentado
por estos grupos económicos, Gallardón, sus antecesores y secuaces se han
estado dedicando durante más de diez años a promover los Juegos Olímpicos de
Madrid, gastando en ello más y más millones en proyectos urbanísticos, estadios
a medio construir, viajes, propaganda, invitaciones, regalos y naturalmente, tratándose
de quien se trata, inflando los gastos (se estila el 20%) para lo que ya
sabemos. Por cuanto ese 20% ha sido siempre el aspecto más importante del asunto,
la estrategia no podía ser otra que gastar por gastar y cuanto más mejor.
Hasta ahora todos los estimados sugieren
más de 100 € millones del tesoro público tirados a la basura.
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario