Para
aquellos que no han sufrido la desesperación histórica de pertenecer a España,
las aspiraciones de independencia de los catalanes resultan difíciles de
comprender. Regiones que no han sido agredidas con boicots comerciales,
bombardeos y difamaciones sistemáticamente organizadas por el Estado, no pueden
comprender que haya continuado esta relación política hasta el presente. Más
difícil de entender es que el protagonista del último programa nacional de
agresiones morales y boicot económico contra Cataluña haya sido el actual Presidente
del país, Mariano Rajoy.
La
política española frente al sentimiento de secesionista que domina en Cataluña
ha seguido la vieja escuela del miedo y agresiones y deformación de la realidad.
A través de sus portavoces, el Gobierno central practica el ahogamiento fiscal de Cataluña, criminaliza las expresiones populares, difama públicamente
a sus autoridades… Tiene una semblanza asombrosa con el régimen de terror de Adolfo Hitler, de quien Franco era socio e inspiración del actual Gobierno Español. El extremo del pensamiento fascista ha llegado de manos del Ministerio de Educación
que, ignorando leyes de autonomía, pretende implantar nuevos programas
destinados a catolizar y españolizar a los catalanes y erradicar el Catalán,
como ya están haciendo en Valencia y Baleares. Comentemos brevemente las armas
empleadas por España para retener a Cataluña:
La
Constitución no permite que los catalanes voten sobre su independencia. Es la vieja
práctica imperialista que, en lugar de poner las leyes al servicio de los
ciudadanos, emplea un texto dictado por el poder político para esclavizar el
país.
Si
se independizara, Cataluña quedará fuera de Europa. Eso es
físicamente imposible porque Cataluña está dentro de la península Ibérica, que
a su vez forma parte del mapa geográfico de Europa. Podríamos quedar fuera de
la Unión Europea, situación que deberíamos analizar si conviene. Suiza y
Noruega han rechazado las invitaciones para ingresar a la Unión por razones que
ellos se reservan.
Cataluña
se arruinaría al separarse de España: Se trata de una aseveración que causa
risa. Esta región, con 16% de la población de España, aporta casi del 24% de
los recursos fiscales y genera el 42% de las exportaciones. Así pues, una vez
independiente, debería flotar en la abundancia.
Cataluña
no podrá usar el EURO como moneda nacional. Quizás SI, quizás NO. De
cualquier manera, siendo Cataluña un exportador nato, sería preferible emplear
el DÓLAR, de valor más bajo y en consecuencia ventajosos para exportar.
Los bancos de Cataluña quebrarán por
estar en un país demasiado pequeño.
De los argumentos absurdos este parece ser el más risible. Los voceros de
España no se han enterado de que Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Andorra y otros
países del Báltico, son más pequeños y tienen menos población que
Cataluña, que exportan menos productos
industriales, carecen de producción agrícola suficiente, que desearían nuestro
turismo y agradecerían nuestra situación estratégica y clima.
Prohiben al Gobierno Catalán contactos con otros Gobiernos. Es lo que comúnmente llamamos “ponerle puertas al campo”. Pretender poner un bozal a La Generalitat solo demuestra el grado de prepotencia que caracteriza al Gobierno de Mariano Rajoy, el mismo que ha manejado España desde que guarda memoria. Como es lógico, Barcelona sigue manteniendo embajadores dondequiera que le hacen falta y convienen a sus intereses.
Despreciar las manifestaciones masivas
pro independencia en Cataluña. Lejos de comprender que las cadenas
de noticias internacionales han divulgados las imágenes de las manifestaciones que
reclaman la independencia, el Gobierno Español ha hecho el ridículo tratando de
descalificarlas. Se han escuchado voces denunciando que fue un fracaso porque
no habían asistido ni 300.000 personas y calificado a los manifestantes de
nazis violentos, anarquistas y traidores a la patria. Aseguraron que esos actos
fueron organizados por el Gobierno Catalán sin comprender que ningún Gobierno
de Europa, ni siquiera con la ayuda de un Ejército, sería capaz de desplegar más
de millón y medio de efectivos en cuatro horas a lo largo de 400+ kilómetros, con
alimentos, medicinas, mobiliario de campo, banderas, niños, cochecitos y además,
exigiendo que cada participante pagase el privilegio de ocupar su sitio.
El Gobierno de Cataluña será juzgado
por traición. Se trata de un recordatorio a los crímenes perpetrados por
los antecesores de este Gobierno, la dictadura de Francisco Franco, que fusiló
a los miembros del Gobierno Catalán tras el golpe de Estado. Vista la
ineficacia de los argumentos anteriores y olvidando que estamos en el Siglo
XXI, el Gobierno de España ha recurrido a la amenaza abierta, al tiempo que en
Madrid están preparando leyes de emergencia para prohibir manifestaciones
populares y eliminar el derecho de asociación con multas de locura.
A esta realidad responde el grito de
INDEPENDENCIA de Cataluña y esa es la
España que rechazamos, el dominio sin propósito de los Borbón y la dictadura
de Francisco Franco, que se niegan a morir porque sus herederos aspiran a
continuar viviendo a costa de Cataluña y del País Vasco, dos culturas extrañas
en España, retenidas por la fuerza de las armas y económicamente explotadas
desde hace 300 años.
VIVA CATALUÑA
LIBRE
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