viernes, 29 de noviembre de 2013

CATALUÑA Y SU GRITO DE INDEPENDENCIA

Para aquellos que no han sufrido la desesperación histórica de pertenecer a España, las aspiraciones de independencia de los catalanes resultan difíciles de comprender. Regiones que no han sido agredidas con boicots comerciales, bombardeos y difamaciones sistemáticamente organizadas por el Estado, no pueden comprender que haya continuado esta relación política hasta el presente. Más difícil de entender es que el protagonista del último programa nacional de agresiones morales y boicot económico contra Cataluña haya sido el actual Presidente del país, Mariano Rajoy.

La política española frente al sentimiento de secesionista que domina en Cataluña ha seguido la vieja escuela del miedo y agresiones y deformación de la realidad. A través de sus portavoces, el Gobierno central practica el ahogamiento fiscal de Cataluña, criminaliza las expresiones populares, difama públicamente a sus autoridades… Tiene una semblanza asombrosa con el régimen de terror de Adolfo Hitler, de quien Franco era socio e inspiración del actual Gobierno Español. El extremo del pensamiento fascista ha llegado de manos del Ministerio de Educación que, ignorando leyes de autonomía, pretende implantar nuevos programas destinados a catolizar y españolizar a los catalanes y erradicar el Catalán, como ya están haciendo en Valencia y Baleares. Comentemos brevemente las armas empleadas por España para retener a Cataluña:

La Constitución no permite que los catalanes voten sobre su independencia. Es la vieja práctica imperialista que, en lugar de poner las leyes al servicio de los ciudadanos, emplea un texto dictado por el poder político para esclavizar el país.

Si se independizara, Cataluña quedará fuera de Europa. Eso es físicamente imposible porque Cataluña está dentro de la península Ibérica, que a su vez forma parte del mapa geográfico de Europa. Podríamos quedar fuera de la Unión Europea, situación que deberíamos analizar si conviene. Suiza y Noruega han rechazado las invitaciones para ingresar a la Unión por razones que ellos se reservan.

Cataluña se arruinaría al separarse de España: Se trata de una aseveración que causa risa. Esta región, con 16% de la población de España, aporta casi del 24% de los recursos fiscales y genera el 42% de las exportaciones. Así pues, una vez independiente, debería flotar en la abundancia.
 
Cataluña no podrá usar el EURO como moneda nacional. Quizás SI, quizás NO. De cualquier manera, siendo Cataluña un exportador nato, sería preferible emplear el DÓLAR, de valor más bajo y en consecuencia ventajosos para exportar.

Los bancos de Cataluña quebrarán por estar en un país demasiado pequeño.  De  los argumentos absurdos este parece ser el más risible. Los voceros de España no se han enterado de que Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Andorra y otros países del Báltico, son más pequeños y tienen menos población que Cataluña,  que exportan menos productos industriales, carecen de producción agrícola suficiente, que desearían nuestro turismo y agradecerían nuestra situación estratégica y clima.

Prohiben al Gobierno Catalán contactos con otros Gobiernos. Es lo que comúnmente llamamos “ponerle puertas al campo”. Pretender poner un bozal a La Generalitat solo demuestra el grado de prepotencia que caracteriza al Gobierno de Mariano Rajoy, el mismo que ha manejado España desde que guarda memoria. Como es lógico, Barcelona sigue manteniendo embajadores dondequiera que le hacen falta y convienen a sus intereses.

Despreciar las manifestaciones masivas pro independencia en Cataluña. Lejos de comprender que las cadenas de noticias internacionales han divulgados las imágenes de las manifestaciones que reclaman la independencia, el Gobierno Español ha hecho el ridículo tratando de descalificarlas. Se han escuchado voces denunciando que fue un fracaso porque no habían asistido ni 300.000 personas y calificado a los manifestantes de nazis violentos, anarquistas y traidores a la patria. Aseguraron que esos actos fueron organizados por el Gobierno Catalán sin comprender que ningún Gobierno de Europa, ni siquiera con la ayuda de un Ejército, sería capaz de desplegar más de millón y medio de efectivos en cuatro horas a lo largo de 400+ kilómetros, con alimentos, medicinas, mobiliario de campo, banderas, niños, cochecitos y además, exigiendo que cada participante pagase el privilegio de ocupar su sitio. 

El Gobierno de Cataluña será juzgado por traición. Se trata de un recordatorio a los crímenes perpetrados por los antecesores de este Gobierno, la dictadura de Francisco Franco, que fusiló a los miembros del Gobierno Catalán tras el golpe de Estado. Vista la ineficacia de los argumentos anteriores y olvidando que estamos en el Siglo XXI, el Gobierno de España ha recurrido a la amenaza abierta, al tiempo que en Madrid están preparando leyes de emergencia para prohibir manifestaciones populares y eliminar el derecho de asociación con multas de locura.

A esta realidad responde el grito de INDEPENDENCIA de Cataluña y esa es la  España que rechazamos, el dominio sin propósito de los Borbón y la dictadura de Francisco Franco, que se niegan a morir porque sus herederos aspiran a continuar viviendo a costa de Cataluña y del País Vasco, dos culturas extrañas en España, retenidas por la fuerza de las armas y económicamente explotadas desde hace 300 años.

VIVA CATALUÑA LIBRE



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