El Gobierno de España ha demostrado su amor a Cataluña
advirtiéndonos de las consecuencias que deberemos afrontar en el caso de que el
traidor Artur Mas cumpla su propósito de llevarnos a la INDEPENDENCIA. Se trata
de maldiciones demoníacas de pronóstico
reservado que no debemos pasar por alto:
FUERA de la Unión Europea. Nos veremos
lanzados al vacío compartiendo desgracias con Suiza, un país paupérrimo cuyos habitantes pelean en la calle por un trozo de pan.
FUERA de Europa. Una cuadrilla de esforzados obreros contratados en Extremadura vendrán con serruchos de gran tamaño y cortarán el terreno que une a Cataluña con España. Una vez separadas, Cataluña
será lanzada al mar, lo que obligará a los catalanes a coger los remos y llevar
su terruño hasta alguna playa solitaria donde nos dejen echar el ancla.
FUERA del EURO. Nos quedaremos sin moneda, ni
siquiera podremos recurrir a la vieja Peseta o usar el Dólar americano. Esa situación
que nos obligará a echar mano del intercambio de mercancías, así por ejemplo, cambiaremos un pollo
por 10 manzanas o una camisa por 2 docenas de huevos.
FUERA del Sistema de Pensiones. Los
catalanes seguiremos obligados patrióticamente a contribuir con nuestros
impuestos y participaciones a la Seguridad Social Española, la que a su vez se quedará
con todo nuestro dinero para mantener a su vagos y maleantes.
FUERA del Sistema Métrico. Ya no podremos
emplear los centímetros, litros ni kilos para comprar. Las mediciones se harán
con palmos o ramitas que recojamos en el camino y con envases de leche usados.
FUERA
del Sistema Decimal. A los catalanes nos estará prohibido emplear la numeración
de base 10. Tendremos que usar sistemas numéricos distintos, las docenas o
tríos, muy difíciles para sumar y restar y no digamos para dividir. Ya no podremos echar cuentas.
FUERA
de la Fuerza de Gravedad. No podremos andar como ahora
porque flotaremos sin rumbo. Nuestra falta de peso nos obligará a andar atados con cuerdas ancladas
al suelo para no perdernos flotando entre las nubes.
FUERA de la Gracia de Dios. Desde el pasado
14 de Diciembre fuimos excomulgados por la Conferencia Episcopal Española.
Todos los catalanes iremos al Infierno donde nos quemarán el culo con antorchas
de acetileno. Los que quieran salvarse de esta maldición deberán darse prisa
para largarse por Aragón y aprovechar el paso por Zaragoza para rezarle 200 rosarios a La Pilarica.
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