La región de Donesk, situada en el extremo oriental de Ucrania, está bajo control de Rusia desde el año pasado. Es la más oriental de las diversas provincias y ciudades que se han levantado en armas contra el Gobierno Democrático de Ukrania.
En el caso de las lanzadoras de misiles, como la que destruyó el avión malayo, el control de Rusia es absoluto. A ningún paramilitar se le permitiría interferir con las lanzadoras cuyo delicado manejo computarizado exige además conocimientos muy avanzados de balística.
Así pues, tienen razón los paramilitares pro-rusos al afirmar que ellos no disponían del misil tierra-aire que destruyó el avión de pasajeros. Lo lanzaron los rusos, como queda evidenciado en las grabaciones de las conversaciones sostenidas entre los operadores de los misiles y sus superiores.
¿RAZONES para este crimen? Las mismas grabaciones captadas por el Gobierno de Ukrania las explican: pensaban que se trataba de un avión de reconocimiento lleno de "espías", que buscaban pruebas de la presencia rusa en Ukrania oriental.
Es evidente que Rusia pretende anexionarse más territorios de Ukrania, como hiciera a comienzos de año con la península de Krimea. No hay idiotas suficientemente crédulos que se traguen los cuentos de buenas intenciones de Putin respecto a Ukrania.
Veremos cómo reaccionan el mundo libre ante este nuevo crimen.
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