ESPAÑA: CAMINO AL SUBDESARROLLO

 Que España se está adentrando en el subdesarrollo es una verdad mayormente aceptada. No es que el país se haya descalificado inesperadamente: hablamos de una degradación gradual y evidente respecto a su estatus de décadas pasadas, que lo está alejando de aquellos países que continúan avanzando en la tecnificación de sus actividades y que hacen empleo masivo de la informática como elemento de transformación social. 

España afronta un deterioro técnico, problema que radica en su atraso tecnológico creciente respecto a Occidente. Una simple mirada a las líneas de montaje de vehículos en EEUU y en España nos demuestra la diferencia tecnológica entre ambos países, tan enorme que dificilmente podría salvarse en dos generaciones. Mientras que en Norteamérica los robots industriales trabajan bajo la programación humana, los españoles siguen trabajando manualmente a pié de fábrica. Mientras los españoles son obreros, los norteamericanos son programadores y supervisores.

Claro está que comparar a España con USA sería una herejía. Deberíamos analizar su atraso tecnológico con otros países que hayan confrontado situaciones y condiciones similares. A estos fines tomaremos como baremo un país que sufrió los rigores de la II Guerra Mundial, que también fue aliado del Tercer Reich y quedó destruido en 1945 por dos bombas atómicas lanzadas sobre sus principales puertos: Hiroshima y Nagasaki. Estamos hablando de Japón. 

A mediados del siglo pasado, España y Japón eran países destrozados, Japón mucho más que España, pero ambos sumidos en la desesperación por falta de recursos, capacidad industrial y fuerza laboral adecuada. Ante tanta adversidad, Japón supo sobreponerse bajo la dirección del Gobierno del Emperador Irohito, que convocó a la clase empresarial y conjuntamente transformaron el país: rediseñaron el campo laboral y el tejido industrial, formaron tecnológicamente a su población para enfrentarse unidos al futuro y reconstruyeron un país envidiable donde la palabra "desempleo" está prohibida. 

Mientras el milagro japonés tomaba cuerpo, España continuaba ejerciendo la venganza sobre los vencidos, imponía la religión como norma obligada de vida y entregaba el país a quienes habían promovido y financiado la Guerra Civil. Tras veinte años de "paz sobre las armas", el Valle de los Caídos seguía siendo el máximo símbolo del Estado y la población continuaba soñando con televisores, automóviles y democracia. 

Ya en pleno Siglo XXI, las diferencias notorias entre España y Japón se sintetizan en dos principios:

1.- Los capitanes de empresa más notorios (Honda, Ibuka (Sony), Toyota y otros) pasan a formar parte de fundaciones semi oficiales dedicadas a estimular y programar la eficiencia gubernamental del país.

2.- La Ley de Educación es sagrada y tenida como la inversión prioritaria del país. Solamente se retoca periódicamente para adaptarla a las nuevas tecnologías, bajo la dirección de especialistas reconocidos. 

Llama la atención que los autobuses escolares de Japón lleven maestros y ordenadores a bordo, para prolongar las horas de aprendizaje. De esta manera el horario escolar se extiende en promedio una hora y media cada día, incrementando el tiempo de aprendizaje en 25%.

En España los autobuses escolares solamente cubren el propósito de brindar transporte cómodo y seguro a los niños, que dedican su tiempo a jugar o dormir bajo la supervisión del monitor. Es una de las facetas que nos llevan a comprender por qué España cambia la Ley de Educación cada vez que cambia el Gobierno y que esta responsabilidad le sea entregada a cualquiera que haya rendido algún servicio en la campaña electoral, sin importar la preparación académica del candidato ni su experiencia en el tema.

Por lo que a fomento tecnológico se refiere, es evidente que en España la Industria y el Comercio son entregados a Ministros cuya función se limita a satisfacer las exigencias de los núcleos financieros e industriales, sin importar necesidades de la población, consecuencias ecológicas ni beneficios para el país, por no mencionar el tráfico de comisiones, extorsiones disfrazadas y contratos vergonzosos que cualquier tribunal calificaría de vergonzoso y abiertamente criminal. 

Que la Ley de Educación en España y la actividad industrial y comercial sean de importancia secundaria, ha sido culpa de su población, insensible ante la mediocridad de unos Gobiernos ejercidos por personajes oscuros. Se trata de Gobiernos a los que regalan sus votos año tras año, sin importar que sus integrantes sean vulgares ladrones, como ha sucedido desde hace 20 años. Las fotos de los tres últimos Presidentes de Gobierno que mostramos a continuación no les hacen ningún favor, pero reflejan con acierto su personalidad.

En los tres casos se trata de políticos sin preparación académica de importancia. Ninguno había demostrado habilidad en el análisis económico o estratégico de la situación en España y Europa, ninguno habla Inglés, salvo Aznar que lo chapucea al estilo charnego, ninguno había escrito ensayos teóricos sobre las leyes de los mercados o la tendencia monetaria, ninguno sabía manejarse en el mundo de la informática, ninguno ha sido capaz de hablar inglés... En síntesis, ninguno merecía el puesto ni España se merecía el castigo de tener a uno de esos tipos rigiendo sus destinos. 


El único servicio público que había evolucionado favorablemente en España fuela salud. Se explica porque lo han realizado médicos y enfermeras abnegados, profesionales a los que los políticos no han podido suplantar. 

Pero hasta ese campo está siendo pasto de los políticos. La Ministra Mato y sus secuaces han ideado un programa para entregar hospitales y equipamientos médicos a sinvergüenzas disfrazados de empresarios de la salud, que ya han demostrado de qué extremos se valen para ordeñar la salud de la población y repartirse las ganancias con sus benefactores.

Demos concluir que lo que ha llevado a España hasta el lugar que ocupa actualmente se debe a los pésimos Gobiernos que ha sufrido, cuyo legado ha sido el siguiente:

• Un legado de políticos de oficio, diputados, concejales, senadores, alcaldes, fiscales y muchos jueces, que conforman la basura que se ha politizado y apropiado todos los despachos y servicios del país.

• La dirigencia empresarial, banca y sectores políticos, claramente inmorales, están esquilando lo que puedan en cualquier rincón de España, conscientes de que la fiesta está llegando a su fin

• La Unión Europea ha impedido que España caiga más abajo, por temor de perder el mucho dinero que ha invertido en el desarrollo de España y los cuantiosos préstamos que los alemanes han arriesgado en la industria y la banca.

• Los catalanes se han cansado de estar sometidos a unas leyes que fomentan y protegen la podredumbre política y han iniciado el camino hacia la independencia.

• España está al borde de la anarquía, a pesar de las leyes y decretos anti democráticos que se han dictado desde La Moncloa para proteger a las personalidades e instituciones políticas contra las "turbas". Mientras tanto, Fiscalía, Gobierno del Estado, Cataluña y Ejército, están enfrentados.

Como dicen en el Caribe cuando se acercan los huracanes: "Que Dios nos coja confesados".