¿HA EMPEZADO LA DEBACLE EN EUROPA?

ANTE TODO un recuerdo para los millones de víctimas del nazismo, ese demoníaco proyecto totalitario y asesino que se forjó a través del eje Berlín-Roma-Madrid. Ayer se cumplieron 70 años desde que las Fuerzas Aliadas entraron en Auschwitz y comenzó la liberación de las víctimas de ese y otros campos de concentración nazis. Quienes todavía niegan la existencia de ese infierno y de sus creadores, constituyen una vergüenza para el género humano.

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ATENAS, 25 de Enero, 2015: La receta anti abusos de la oligarquía europea ha nacido en Grecia. El candidato de la Izquierda radical, ALEXIS TSIPRAS, ha logrado el 49% de los representantes en la Cámara y tomó posesión del Gobierno griego este martes pasado.

A pesar de la campaña aterradora que los líderes europeos lanzaron contra el joven político de la izquierda, los griegos votaron masivamente por él. Los griegos, tras el incesante discurso de la austeridad, eso que se suponía el medicamento milagroso contra la crisis y cansados del sabor amargo del hambre y miseria que trajo a lo largo de 7 años, mandaron Bruselas y Berlín a tomar viento y se pasaron al enemigo para luchar junto a un "demonio comunista" que llevaba en los labios la palabra "dignidad".

La oligarquía griega, el mayor beneficiario de las ayudas financieras al país y mínimo pagador de impuestos, recibió toda clase de ayudas a lo largo de la reciente campaña, especialmente aportes millonarios y visitas de mandatarios en ejercicio, entre ellos al pobre Mariano, cuyo abrazo equivale a una maldición gitana.

Durante la campaña, Andonis Samaras fue visitado y enaltecido ante el populacho griego cual un espíritu heroico renacido, el descendiente de Aquiles, salvador de Grecia, adalid del futuro... Por desgracia los que le alababan son los perdedores del futuro, entre ellos el pobre Mariano que ya no sabe tras qué árbol esconderse. 
Este comodín empleado por la Merkel cual último Primer Ministro para controlar las recetas de hambre a la chusma griega, quedó en segundo lugar, con un 27,81 % de los votos frente al 36,34% del partido SYRIZA, de Alexis Tsipras. 
En la otra orilla resulta enriquecedor recordar las visitas que el ganador de esta contienda, Tsipras, recibió desde España:  Cayo Lara (IU), Pablo Iglesias (Podemos) y Juan Herrera (Izquierda Verde). 

La desesperación y personalidad del Primer Ministro saliente quedó al descubierto cuando se negó a entregar el cargo al ganador. El muy abnegado y fiable Primer Ministro recién cesado, agente de la oligarquía y de los bancos europeos, simplemente abandonó su despacho, igual que había abandonado al pueblo griego, y se largó sin destino conocido.

Tras su victoria, Tsipras formalizó su acuerdo previo con Panos Kamenos, el líder de la extra derecha griega, para formar Gobierno y asumir como Primer Ministro de Grecia, dando ejemplo de que sus propósitos están más allá de las ideologías.  Los conservadores han asumido la Cartera de Marina, cual mensaje a Turquía de que los temas de Chipre y otros asuntos fronterizos van en serio.

Vistos los resultados en Grecia, España y Portugal se aprestan a seguir el ejemplo y posiblemente Italia se sume al nuevo estilo de la izquierda. El tiempo de la política dictada por los bancos europeos y el FMI ha llegado a su fin. Bruselas deberá cambiar de rumbo, un giro de 180º respecto a sus criterios actuales. Los Gobiernos deben velar por los ciudadanos antes que obedecer ciegamente a las organizaciones financieras. Que en tiempos de crisis la hambruna se extienda a cambio de enriquecer más aún a la oligarquía, es un concepto inadmisible. Ha llegado el momento de que los pueblos asuman el control de la situación e impongan moralidad a sus Gobiernos.

En España particularmente, la política deberá sanearse. Sabemos lo difícil que será que la Justicia lleve los sinvergüenzas a la cárcel y recupere los miles de millones robados por los partidos políticos. Pero esa dificultad precisamente obliga a cambiar de actores. PP y PSOE tienen que irse, igual que Nueva Democracia ha sido echada del Gobierno en Grecia. Sin ir más lejos, el Gobierno Fráncés está revisando su agenda y otros países de Europa, entre ellos Polonia, están tomando conciencia de que las naciones, más allá de sus territorios, de sus bancos, tradiciones y oligarquías, están formadas por ciudadanos.