Los títulos de las novelas de acción y películas que versan sobre el crimen, están pensados para incitar a lectores y transeúnte a comprar el libro o entrar al cine. "El Padrino", "Perros de la Guerra", "Robo al Banco de San Luis", "Desfalco en Wall Street" o "La Estafa del Siglo", son algunos de los titulares que me vienen a la memoria y también me inducen a afirmar que en España hay mejores producciones. Esos éxitos de Hollywood son calderilla en comparación con nuestras películas de criminalidad de los políticos y grandes capitalistas. Algunos de los protagonistas de esas superproducciones criminales americanas harían el ridículo frente a los criminales que se inventan en Madrid.
Recordemos los mejores de esos super criminales famosos del cine: en primer lugar tenemos "El Padrino" con Marlon Brando y Al Pacino, el hijo. En esta saga ambos protagonizan una guerra sin cuartel con otras mafias, tienen que protegerse hasta de su propia sombra y aún así el Jefe es abaleado y ambos perseguidos sin pausa por la justicia federal y los tribunales de impuestos a lo largo de sus vidas.
En esa saga sobre la Cosa Nostra de Nueva York, su Director Francis Ford Cóppola, nos muestra una organización criminal capaz de producir a través del crimen organizado, miles de millones de dólares, centenares de muertos y miles de empleos en actividades tan diversas como empresas de importaciones, sindicatos, prostíbulos, constructoras, hoteles, casinos, tiendas de comestibles, bares, loterías clandestinas, distribución de drogas...
Qué lejos estaba el famoso Director de imaginar que en España también funciona un mundo paralelo de películas, aunque en nuestras producciones el delito no está perseguido por la justicia. Todo lo contrario, en las películas españolas los jueces que se atreven a mover un dedo para luchar contra el hampa organizada, son difamados, humillados y finalmente echados a la calle por supuestas fallas de procedimiento e intenciones contrarias al interés público.
Entre los atracadores famosos enaltecidos por Hollywood, encontramos la pareja de BONNI y CLIDE. Tan emocionantes fueron sus aventuras, que se han producido tres versiones de sus vidas, la última con Warren Beatty y Fay Donaway, en la que ambos personajes enfrenta el peligro con decisión y al final pagan con sus vidas por la carrera criminal que tanto sufrimiento dejó en la sociedad. Su último coche, con marcas de viruela férrica, puede verse en Las Vegas, Nevada.
A pesar del éxito en taquilla de Bonny and Clide, los finales trágicos son un término que Hollywood acepta con reservas. En España preferimos el estilo realista, con los actores enseñando sus culos en las playas de Mallorca y comentando a bordo de sus yates las historias de bancos desfondados, detalles picarescos de sus puterías en Miami y heroicas cacerías de animales sanguinarios en el Gorongoro.
España también ha producido su propia saga de pelis de acción, entre ellas la muy taquillera "ATRACO" en la que Amaia Salamanca luce sus mejores dotes artísticas y de otro género.
Otra de las producciones famosas recientes ha sido "EL HUNDIMIENTO", vergonzosa historia de un barril con patas que dedica su vida a vaciar las arcas valencianas y arruinar la moral y "el caloret" de sus pobladores. En castigo por sus crímenes, la protagonista es condenada al grado de Senadora INTOCABLE.
"El Hundimiento" está íntimamente ligada a otra producción española inspirada en la vida de un promotor y productor de estafas portentosas. Nos referimos al film "PADRINO A LA ESPAÑOLA", mucho más cercana a la mentalidad local. Abajo: escena del film y el actor principal. En su papel, el protagonista rehuye la vista a la cámara por razones de modestia sexual; prefiere trabajar de espaldas para enseñarnos la hermosa raja de su culo y sorprendernos con sus habilidades de prestidigitador financiero.
En realidad, la fílmica española está mucho más refinada de lo que el público alcanza a percibir. Nuestros actores y productores han alcanzado tal grado de refinamiento, que Hollywood ha quedado para aprendices. En España, estrellas como Esteve McQueen sería actor de reparto y Danzel Washington con suerte lograría un papel de portero de hotel o camarero de algún bar de playa en invierno.
En comparación con la producción española, esos 3 millones serían propinas. Aquí el protagonista se embolsaría 50 millones con la compra-venta de un banco quebrado de Miami, sin siquiera sacar un euro de su bolsillo. Lo pagaría con el botín de una estafa anterior al banco que presidía en Madrid, quizás Bankia u otro con arquitectura fácilmente identificable.
En el renglón de actores secundarios y de reparto, España también va a la cabeza de la cinematografía del crimen. Son tantos y tan buenos nuestros actores, que no alcanzaría esta columna para incluirlos a todos. Quizás una enciclopedia sería el formato adecuado para hacerles justicia. Entre los actores de reparto, madrileños y valencianos sobresalen con creces, seguramente porque están más cerca de los grandes directores, poseedores de un genio a la altura de sus hechos.
Ello se debe sin duda a los más de cuarenta años haciendo cine de acción, fabricando crímenes como quien hace chorizos: robos, estafas, atracos, trampas, ventas de conciencias, elecciones bufas, obras fantasmas, extorsiones, comisiones...
En mi opinión, la única producción americana destacada en el tema del crimen y acción que puede compararse con la española, es una realización reciente (todavía en Beta), titulada "LADRONES SILENCIOSOS". Trata de una banda especializada en atracos a empresas, que realizan en días de nómina exclusivamente.
Los atracos se desarrollan ante los ojos desorbitados de los empleados, con los actores enmascarados robando las nóminas y desbancando a humildes trabajadores del sustento familiar, sin proferir una sola palabra, estrategia muy ventajosa para no enredar los parlamentos ni delatarse mutuamente.
Sorprende la impunidad absoluta de la banda, similar a lo que muestran las películas españolas . En el fondo y maneras, se evidencia que el libretista ha copiado varias de las películas españolas sobre el tema, entre ellas: "Asalto a Caixa Penedés", "Atraco a Caja Mediterránea" y "Chorizos en BANKIA", esta última producida por el exitoso binomio de Directores Blesa y Rato.
A esta saga de películas españolas sobre atracos bancarios debemos sumar otras de reciente realización: "BANKIA" y "CHORIZOS AL PODER" ambas de Producciones Populares. Estas cintas muestran cómo los pensionados de un país entero son estafados y de qué manera las autoridades premian a los ladrones con 10 Euros por cada Euro estafado, con escenas del repartimiento equitativo entre los banqueros estafadores y los políticos ladrones. Es una divertida comedia sombre el trasvase de miles de millones de dineros públicos a las manos del hampa organizada, que dejan al país en la ruina absoluta y a miles y miles de familias estafadas viviendo de la caridad, desahuciadas de sus casas y apaleadas por la policía.
Es evidente que nuestros directores saben contar historias. Como dije antes , los americanos, en temas de películas de crimen y acción, no califican. Sus libretos tampoco ayudan; siempre muestran criminales viviendo en pisos arruinados, rodeados de basura, pernoctando en coches destartalados y hoteluchos de carretera infectados de cucarachas. Al final son muertos a tiros o perseguidos por la justicia.
En cambio nuestras películas de robos y estafas nos muestran criminales que provienen de clases adineradas, bien trajeados y mejor comidos. Para darle prestigio al tema, los ladrones hacen el papel de embajadores, senadores, ministros y hasta Presidentes. En una película reciente, el libreto versaba sobre una pareja de ladrones como Bonny y Clide pero de sangre azul, de la propia Casa Real. A los americanos les falta esa clase innata de nuestros artistas que al final de la película dedican el fruto de sus crímenes a comprar pisos de playa en Marbella, palacetes en la Costa Brava, coches de carrera y yates de placer... Vamos, que son españoles, actores refinados, no gentuza de reparto disfrazada de vaquero con metralleta.
En realidad lo mejor de la industria fílmica de España son los finales, siempre felices, porque ni uno solo de todos esos actores va a la cárcel ni devuelve un solo euro de todo el dinero robado. En las películas españolas los actores son premiados, condecorados y ascendidos a Ministros, Embajadores, Diputados, Senadores, Directores de empresas y Presidentes.
Es evidente que nuestros directores saben contar historias. Como dije antes , los americanos, en temas de películas de crimen y acción, no califican. Sus libretos tampoco ayudan; siempre muestran criminales viviendo en pisos arruinados, rodeados de basura, pernoctando en coches destartalados y hoteluchos de carretera infectados de cucarachas. Al final son muertos a tiros o perseguidos por la justicia.
En cambio nuestras películas de robos y estafas nos muestran criminales que provienen de clases adineradas, bien trajeados y mejor comidos. Para darle prestigio al tema, los ladrones hacen el papel de embajadores, senadores, ministros y hasta Presidentes. En una película reciente, el libreto versaba sobre una pareja de ladrones como Bonny y Clide pero de sangre azul, de la propia Casa Real. A los americanos les falta esa clase innata de nuestros artistas que al final de la película dedican el fruto de sus crímenes a comprar pisos de playa en Marbella, palacetes en la Costa Brava, coches de carrera y yates de placer... Vamos, que son españoles, actores refinados, no gentuza de reparto disfrazada de vaquero con metralleta.
En realidad lo mejor de la industria fílmica de España son los finales, siempre felices, porque ni uno solo de todos esos actores va a la cárcel ni devuelve un solo euro de todo el dinero robado. En las películas españolas los actores son premiados, condecorados y ascendidos a Ministros, Embajadores, Diputados, Senadores, Directores de empresas y Presidentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario