viernes, 8 de julio de 2016

EN USA YA ESTARIA EN LA CARCEL


Jorge Fernández Díaz, ese personaje siniestro de la política europea que ocupa el sillón del Ministro de Interior de España, es un tío con suerte. En ningún país, salvo España, habría alcanzado el rango de Ministro. En Francia y otros países democráticos seguramente no habría llegado ni a Director de segunda línea y me atrevo a asegurar que tampoco a un cargo de tercera. 

Los tipejos de su calaña se esconden tras crucifijos o usan el Opus Dei como disfraz para sus crímenes, igual que acostumbran los capos de la Cosa Nostra. En los países occientales azotados por las mafias, esa chusma se emplea para trabajos oscuros en los bajos fondos, organizando carnicerías nocturnas contra bandas rivales. 


Hasta ahí podría llegar la carrera de Jorge Fernández Díaz, pero en la España del Partido Popular, cualquier cúmulos de absurdos contra natura han podido tener lugar, como la Ley Mordaza, corrompiendo y empleando los cuerpos armados para atacar salvajemente a los estafados de los bancos, desahuciados de sus viviendas, pensionistas arruinados, trabajadores parados de larga duración y sindicalistas que reclaman derechos laborales. Viendo su servilismo a los banqueros y oligarcas, más que de Interior, este es el Ministro de la Vergüenza, el que ha convertido la Policía en ENEMIGO Nº 1 de la población que debería proteger. 


Como buen seguidor de la tradición franquista, la afinidad de Fernández Díaz con la ideología y metodología nazi le llevan a creer que todo vale, siempre que sea útil para destruir a su opositor. Tal nivel de inmoralidad no es admitido por la cultura europea, pero en España la bajeza moral constituye un plus a los ojos del electorado conservador y de las clases ignorantes, presas fáciles de las campañas del miedo a otra guerra civil o al "comunismo".


Quizás la mayor de las suertes de Jorge Fernández Díaz radica en no vivir en Los Estados Unidos. Por pura lógica, allí formaría parte de alguna mafia criminal, aunque no habría pasado de guardaespaldas o de matarife a sueldo. Jamás, ni en sus más absurdos sueños, habría llegado a Ministro, pero de haber sucedido, hoy estaría pudriéndose en un calabozo de Washington DC, en compañía de drogadictos, violadores y de su cómplice De Alfonso. 
La misma tarde que apareciera en las noticias la primera de sus conversaciones conspirativas con el Director Antifraude de Cataluña, el FBI habría corrido a investigar la autenticidad de la grabación y en menos de 2 horas habrían detenido ambos criminales para llevarlos esposados a la cárcel, donde deberían estar.

Sin lugar a dudas, ese tío tiene suerte. A estas fechas sigue de Ministro y despachándose a gusto contra los españoles. Muchos votantes pensamos que su falta de moral sugiere que podría haber patrocinado y hasta dirigido un fraude electoral el 26-J porque, entre usar el poder para conspirar y difamar a sus opositores y birlarle las elecciones al país no hay diferencias. Pero el tío sigue ahí, fuerte y apoyado por su patrocinador, otro pájaro de cuidado.

Esperemos que en esta oportunidad los partidos progresistas se dejen de estupideces politiqueras y lleguen a una solución que permita a los españoles librarse del trio Rajoy-Fernández-Rato, el peor cáncer que ha sufrido este país desde la muerte de Francisco el asesino.

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