Cataluña se encamina hacia la Independencia inexorablemente, paso a paso, cumpliendo cada etapa previamente anunciada según los plazos marcados, si bien han sido necesarios ligeros ajustes de tiempo y estrategias para salvar los obstáculos mayúsculos y amenazas que antepone el todopoderoso Estado Español. De las amenazas la última consiste en cortar las financias de Cataluña, que no debe confundirse con el financiamiento, porque ésto es lo que hace Cataluña: AYUDAR A FINANCIAR ESPAÑA, eso que los chulos llaman "solidaridad" y nosotros "premio a la vagancia".
De este proceso que ya dura 7 años, asombra que España haya sido tan obcecada para generar las causas del divorcio y alimentar el distanciamiento con la sociedad catalana, en vez de generar buena voluntad y sentimientos de españolidad. La agresión a la cultura catalana y desconocimiento de sus valores morales, además del EXPOLIO sostenido contra Cataluña, han devenido en sentimientos adversos hacia España que oscilan entre el desapego y el odio, pasando por desprecio al Rey, a la bandera borbónica, al concepto de España y vergüenza por el DNI que nos obligan a llevar como vergonzosa marca de fábrica.
La consabida frase "mano tendida" que repiten los personeros del Gobierno Español cuando se refieren a Cataluña, constituye un ofensa a la inteligencia. La realidad se parece más a los insultos y amenazas que J.A.Wert, C.Montoro, M.Cospedal y S.Sáez han empleado y emplean cuando se refieren a Cataluña. De ahí que los catalanes y nuestro Gobierno nos hayamos cansado y advertido, nunca amenazado, que el 1º de Octubre celebraremos un referendo para que nuestros ciudadanos decidan si quieren seguir como colonia española o ser una república independiente.
¿Podría España violentar la paz pública y detener el proceso por la fuerza? ¿Podría detener y encarcelar a las Autoridades Legítimas de Cataluña? ¿Podría suspender la autonomía y tomar la Generalitat por la fuerza? Cualquier absurdo es posible viniendo de Castilla, pero correrían el riesgo de que el Parlament declarase la INDEPENDENCIA UNILATERAL y la gente se tire a la calle para convalidarla y aplicarla. Y en ese momento ¿los militares saldrían con sus tanques para aplastarnos o se encerrarían en sus cuarteles? Castellanos y andaluces, asturianos y extremeños disfrutarían viendo a Cataluña ensangrentada porque el odio les ha sido inculcado desde niños, igual que a nosotros el rencor y ansias de libertad
¿A qué se debe tanta estupidez castellana? Es otra faceta de la chulería y empecinamiento castellano-aragonés que les llevó a perder su Imperio universal, una especie de endiosamiento español del absurdo que induce a sus gobernantes a seguir contando con la inexistente Armada Invencible para someter a sus colonias y enemigos.
Ciertamente no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor Armada que aquella que se hundió en el Canal de la Mancha. Hoy vemos que la preocupación en Madrid es si votaremos con urnas transparentes o de cartón, lo cual demuestra que España no valora los votos y desprecia la voluntad popular. Lo que importa en España son las apariencias.
Hace un par de años, tras el 9N, España y Cataluña habrían estado a tiempo de dirimir sus diferencias, pero España era y sigue siendo demasiado orgullosa para rebajarse a hablar con su colonia. Prefirió reír con sus canalladas, repetir el chiste cortesano del suflé catalán, ignorar la política y amenazar con sus Tribunales, entre ellos el Constitucional dotado para joder a Cataluña, de un absurdo y extraño derecho que les permitiría juzgar, sentenciar y ejecutar de un solo golpe, un paquete envenenado que va contra las leyes internacionales y es en consecuencia ILEGAL y viciado desde la base.
Pobre España, se está desmembrando como le sucedió a la URSS, un país cogido con esparadrapo que se disolvió en cuanto las naciones subyugadas le perdieron miedo al lobo siberiano. El lobo feroz español tampoco mete miedo, más bien parece un lobo maricón disfrazado de payaso, que va por Europa exhibiendo su fama de ladrón.
Tras la separación de Cataluña, España tendrá que aprender a hacer política si no quiere que Valencia, Valeares y el País Vasco también se vayan y los castellanos tendrán que aprender a trabajar y dejar de vivir de los demás.
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