Millones de catalanes y españoles tuvimos y seguimos teniendo nexos con Venezuela, aquel país maravilloso a orillas del mar Caribe, que nos acogió con los brazos abiertos a raíz de la guerra civil española y posterior dictadura criminal de las fuerzas del mal. Allí prosperaron a mediados del Siglo pasado los que tuvieron la suerte de escapar y cruzar el Atlántico, rehicieron sus vidas, formaron familias y luego de dos generaciones y sesenta años, tuvieron que volver a escapar de las mismas fuerzas del mal, aunque esta vez cambiadas de uniforme y nombre.
En la Península las los ejércitos de la perversión se vistieron de Nacionalismo fascista, capitalista y religioso. En el Caribe se disfrazaron de socialismo y justicia social.
En ambos casos las intenciones fueron y siguen siendo las mismas: apropiarse del país, esclavizar a la población y enriquecerse. En España las huestes del franquismo fascista siguen peleando a dentelladas para defender sus privilegios mal habidos y retener las propiedades robadas. En el Caribe, criminares vulgares continúan robando el ya exiguo erario público y traficando cocina con destino a USA y Europa.
A mediados del Siglo XX Venezuela seguía siendo un país atrasado aunque inesperadamente rico gracias al petróleo. Sus nexos con España se limitaban a la vergonzosa historia colonial ya extinta y los lógicos coqueteos entre dictadores de ambos países. Digamos que la dictadura de Franco servía de inspiración y justificación para la de Venezuela y otros países del continente americano.
En el Siglo XXI, la influencia española en el desastre histórico de Venezuela fue más decisiva a través de teóricos políticos de la Complutense de Madrid a las órdenes de Fidel Castro. Esos profesores se pusieron al servicio de Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después, para someter el país caribeño a las ambiciones perversas de los criminales que la han destrozado.
Cuando me refiero a Podemos, estoy hablando de sus creadores, gentuza inmoral disfrazada con togas universitarias que se pusieron al servicios de las fuerzas del mal para destrozar sociedades. Si bien los resultados logrados en Venezuela poco pueden interesar al común denominador social español, deberíamos mirar aquella situación y preocuparnos para que no se repita el España.
Tras ser un país inmensamente rico en recursos naturales, no en cultura ni iniciativa social,
la Venezuela de las oportunidades paso a ser tras la Segunda Guerra Mundial, la meca de Occidente. Desde 1957 disfrutó de una democracia mediocre pero satisfactoria, una moneda fuerte, pleno empleo bien remunerado, alfabetización a ritmo acelerado, sanidad medianamente satisfactoria (con erradicación del paludismo), creación de universidades, industria prometedora y esfuerzos por una sociedad igualitaria.
También sufría de una inmigración incontrolada que mantenía los servicios en estado crítico y la perniciosa influencia del petróleo y corrupción oficial, factores que rodearon de chabolas sus ciudades y sembraron la ira en su población.
La injerencia de Cuba y sus agentes españoles fue determinante: Pablo Iglesias, Monedero y sus amigos así como la asociación con las FARC de Colombia, narcotraficantes armados que gritaban "libertad" para justificar sus crímenes, secuestros y mercadeo de cocaína. Con tales ingredientes se magnificó el conflicto social en Venezuela hasta sacarlo de control y convertir ese país en el peor desastre territorial de Occidente. Ni siquiera la islas caribeñas azotadas por huracanes o desastres políticos han caído en el grado de miseria que sufre Venezuela. A pesar de sus riquezas minerales, petróleo, hierro, bauxita, oro y diamantes, la población de ese país sufre una pobreza económica y social sin parangón en la historia, ni siquiera Ahití ha llegado al grado de miseria moral y social de Venezuela.
En Venezuela ya no hay servicio de recolección de basura. |
Veamos algunas cifras verificables que representan la realidad actual de Venezuela.
Asesinatos: más de 29.000 al año (3,30 / hora) de los cuales menos de 2% son investigados.
Expectativa de vida: 61 años (antes 68 promedio)
A falta de necesidad en el campo los camiones agrícolas son habilitados cual buses. |
Alimentación.
Cadenas de suministro privado abandonadas. Anaqueles vacíos.
Agricultura: menos de 5% del potencial de 1990. Tierras abandonadas.
Industria:
Solo se emplea 5% de la capacidad instalada.
Producción de petróleo: 800.000 barriles/día (antes 3.400.000)
Producción de combustibles: ninguna, por colapso de las 5 refinerías.
Fábricas nacionalizadas y abandonadas.
Comercio:
Valor de cambio monetario: a 25/07/2018
3.600.000 Bs por 1 US$
(en 1999 era 1 US$ = 70 Bs)
Inflación en 2018: 4.800 % aproximada.
Aprox 85% de locales cerrados.
Transporte terrestre: improvisado en camiones de uso agrícola e industrial en desuso.
Transporte aéreo nacional e internacional casi inexistente.
La escena de grupos familares comiendo de la basura es una escena cotidiana de la que nadie se avergüenza |
En estos momentos los venezolanos carecen de todo: trabajo, comida, agua potable, equipos médicos elementales (vacunas, bisturíes, gasas), educación...
Lo único que sobra en Venezuela son los billetes de baja denominación que nadie quiere porque carecen de valor comercial. Se da la paradoja de emplear e papel moneda en labores de papirotecnia para producir artículos artesanales: bolsos, collares, tapetes, cintillos, cestos... Está tan deteriorada la moneda que los artículos fabricados con billetes bancarios se venden como baratijas.
Bolsos y adornos elaborados con papel moneda |
Hay abundancia de vivienda disponible porque millones de venezolanos han escapado del país dejando todo atrás por falta de compradores. Apartamentos, casas, despachos, comercios, restaurantes y fábricas han sido ocupados por vagabundos en ausencia de sus propietarios que han huido ya sea por temor a perder la vida o en busca de un futuro menos malo. Por desgracia para Venezuela, quienes emigran son los venezolanos más calificados y estudiosos: profesionales, intelectuales, técnicos y comerciantes que han empleado sus recursos para emigrar en busca de oportunidades y una vida medianamente digna en otros países de América y Europa. Es cierto que allí donde han llegado se han visto obligados a buscar trabajos menos calificados que las profesiones que ostentan, pero en la gran mayoría de los casos han logrado estabilidad económica y las condiciones para levantar sus familias dignamente con salud, educación y seguridad.
Quien escribe esta columna, hijo de emigrantes españoles, vio llegar el desastre a dos años de instalarse el des-Gobierno de Hugo Chávez y emigré a Cataluña, la tierra de mis padres. Desde entonces he ayudado a salir a casi treinta de mis descendientes directos entre hijos, nietos y sus agregados. Entre ellos hay dos ingenieros, un mecánico, un técnico programador, una economista, dos chefs profesionales, una médico y dos enfermeras, todos acompañados de sus parejas e hijos. Unos han venido a España, otros a Nueva York, Florida, Irlanda, Inglaterra y Francia.
Aspecto habitual de un super- mercado en Venezuela |
En conclusión, la Venezuela de Andres Bello (redactor de la Constitución de Chile) Arturo Uslar Pietri (Presidente de UNESCO), Eduardo Blanco (poeta excelso) Fernández Morán (Jefe de Cardiología Espacial de NASA), Teresa Carreño (pianista de fama internacional) Gustavo Dudamel (director de orquesta) y Jesús Soto (pintor vanguardista de Occidente), es hoy pasto del narcotráfico administrado desde los cuarteles y el Palacio Presidencial, bajo la mirada de un payaso iletrado manejado desde La Habana, la bestia más visible entre los criminales que reparten hambre, miseria y bestialismo entre una población indefensa.
Mientras tanto en España y el Parlamento Europeo, los sicarios intelectuales de Podemos atacan cualquier iniciativa para rescatar a las víctimas hablando de justicia social y del héroe bolivariano Hugo Chávez, un discurso también repetido por gentuza disfrazada de demócrata como Rodríguez Zapatero, que también cobra. El dinero mal habido pagado a Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y sus compinches por los revolucionarios de Venezuela sigue rindiendo réditos a las fuerzas del mal y considerando las relaciones sostenidas con Nocolás Maduro, habría razones para creer que siguen cobrando mientras los venezolanos miserables solo pueden exclamar:
MALDITOS HIJOS DE PUTA.
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