
Asumimos que esta polémica ley obedece al empeño de La Moncloa por erradicar el nacionalismo catalán y el consiguiente sueño de independencia, aunque irritar a Cataluña no es el camino. Solamente a un atajo de imbéciles se les ocurriría irritar a quienes desean acercar. Claro que los dueños de España siempre actuaron de esta manera. Basta verle la sonrisa de WERT para comprender su escasa capacidad intelectual y menor entendimiento.Así perdieron sus antepasados el Imperio y así perderán las colonias que les quedan en la Península.


Está usted jodido, Ministro WERT. Ha menospreciado la capacidad de supervivencia de la cultura catalana, una que ya cantaba poesías y normas de comercio marítimo cuando sus antepasados estaban aprendiendo a sostenerse en dos piernas. Una cultura que soportó incólume 200 años de ataques Borbones y 45 años de crímenes franquistas cometidos en nombre de la cultura española. Sus inocentes argucias de cambiar ligeramente textos sin modificar el fondo, su autosuficiencia ak asegurar que los catalanes estamos de acuerdo con el texto aunque no lo admitamos por vergüenza o creer que la cortesía de aceptar una invitación equivale a rendir nuestros valores, solamente demuestra que es usted un iluso.
Apruebe la Ley si eso le hace feliz, pero desde esta columna le advierto que en Cataluña no será aplicada. Podrá usted recurrir al Tribunal Constitucional, el aliado incondicional del PP, y quizás logre que le apoyen nuevamente, como han hecho en el pasado. Tampoco así logrará triunfar su Tribunal, igual que fracasó con su empeño por españolizar a los catalanes. Recurra a la Iglesia para que apoye desde los púlpitos la dichosa Ley o convoque a los barones del PP para que se tomen fotos a su lado... Nada funcionará porque la sociedad catalana ya se ha declarado en rebeldía contra la dominación extranjera de la que usted, Ministro WERT, es el ejemplar más ridículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario