lunes, 30 de septiembre de 2013

12 DE OCTUBRE, EL DIA DE LA FALANGE

Entre España y sus ex colonias americanas, el 12 de Octubre tiene significados distintos según el efecto político y económico que cada cual experimentó tras el frustrado viaje hacia Las Indias de Cristobal Colón. Es como mirar por un catalejo: según el extremo que acerques al ojo, la imagen que percibas será distinta.

España celebra el 12 de Octubre cual su fiesta nacional por excelencia, el Día de la Raza. Ese día de 1492, Castilla se convirtió inesperadamente en el reino más rico y poderoso del mundo. Fue el nacimiento del mayor imperio conocido que, además de América, se extendía hasta el Lejano Oriente, un mundo de seres "inferiores" esclavizados que trabajaban gratuitamente para los españoles que tomaron posesión de aquellas tierras, unos pocos con la cruz por delante y otros, la mayoría, a sangre y fuego.

Castilla encontró de América una nueva dieta alimenticia, variada, abundante y suculenta, que le permitió saciar su hambre. También robó y sacó del suelo y del agua tonelada tras tonelada de oro, plata, perlas, esmeraldas, hierro y cobre, que empleo para engalanar a sus cortesanos y para construir cañones con los que incendiar Europa y apropiarse del mar con su Armada Invencible. Estaba formada por más de 300 naves que sucumbieron frente a la costa francesa, hundidos por la flota improvisada de Nelson, llevándose al fondo acuoso casi 6000 hombres junto con la gloria de España y sus sueños de grandeza eterna. 






Para las culturas americanas, el 12 de Octubre fue un día maldito. Hoy le llaman Día de la Resistencia Indígena, otra fábula que pretende disimular el horror sufrido a manos de castellanos, portugueses e ingleses. Desde aquella fatídica fecha América fue víctima de un expolio horroroso que duró 300 años. Comenzó con las torturas, robo y asesinatos de los emperadores andinos y mexicanos y continuó con la supresión de la libertad a los indígenas del Sur para esclavizarlos, la invasión de  Norteamérica para fundar granjas y el exterminio de los bisontes para matar de hambre a los sioux, pies negros, seminoles y cheyenes. Razones sobradas tuvieron quienes derribaron la estatua de Colón que se erigía en Caracas y la arrastraron por las calles hasta tirar los restos en un barranco.

Este 12 de Octubre se augura pletórico, con los eventos acostumbrados. Los desfiles militares coparán la escena en muchas ciudades de España. En Madrid, el Príncipe de Asturias, de pie en un palco, verá pasar centenares de soldados y equipos de muerte cuyo único propósito consiste en desfilar un día cada año. Por el cielo pasará una cuadrilla de aviones a reacción y el público apaludirá a la cabra de la Legión comentando "Qué cuchi".  

La llegada y salida de Mariano Rajoy y su club hamponil será motivo de rechiflas estridentes, solo interrumpidas por el Himno de España, que será fluidamente entonado por la multitud cuando icen la bandera borbónica como si fuera española.    

En otra ciudad, a 600 Km de Madrid, uno de los brazos del Gobierno estará protagonizando otro desfile. No marcharán precedidos por una cabra, tampoco llevarán tanques ni sobrevolarán aviones, solamente llevarán palos, barras de hierro, algunas pistolas y muchos cuchillos y navajas en los bolsillos. Marcharán con oscuras camisas y la cara al sol, bajo banderas españolas con el águila negra al medio, trapos rojos con las flechas de La Falange y svásticas. Pisarán fuerte, gritando las consignas de muerte que les caracterizan en los partidos del estadio Bernabeu, las mismas que durante 40 años emplearon los antecesores de Gallardón, Wert, Fernández Diaz, Cospedal, Florian y otros, colaborando con las huestes de Francisco Franco.

Los cuerpos de seguridad de Barcelona les seguirán vigilantes, tomando nota de sus identidades y evitando que causen los acostumbrados destrozos. Hasta es posible que veamos entre sus filas a varios miembros de las juventudes del PP, los mismos que cuelgan sus fotos en FaceBook rodeados de simbología nazi. A nadie debería extrañar que con esos patriotas  marchasen algunos miembros de “la secreta” para facilitarles armas de fuego en caso de necesidad.  Salvo cambio de planes, los patriotas se dirigirán a la Delegación del Gobierno donde les esperarán las autoridades del Partido Popular y del Ejército para agasajarlos y condecorarlos nuevamente. A partir de ahí, cuando esa plebe se desbande, pueden agravarse los hechos de violencia y la policía catalana deberá emplearse a fondo para minimizar los daños.

Es evidente que el Partido Popular nunca ha sido democrático, aunque lo disimula en época electoral. Después va por libre, asociándose con la hez de la sociedad mercantil y de prensa, sacando sus vándalos a la calle cuando lo considera necesario y machacando a la sociedad con leyes y regulaciones hasta dejarla exangüe.

Desde luego, con la vista puesta en los hechos criminales más recientes de Grecia y el protagonismo de la organización neo-nazi Amanecer Dorado, Bruselas tomará nota y hará deducciones. Por esta razón, en Cataluña estamos esperanzados a que los criminales asociados al PP vengan a causar daños y darnos otra razón que agregar a las que ya acumulamos para separarnos de España.

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