Este 20 de Octubre el pueblo catalán dio a Europa otra muestra de democracia, una lección contundente a pesar del garrote constitucional español, que debería hacer recapacitar al Parlamento Europeo sobre la política europea, especialmente sobre la manera ignominiosa de elegir autoridades. Haber designado comisarios por el método de "yo apruebo tu sinvergüenza a cambio de que tú apruebes el mío", es solamente digno de gentuza. Ello demuestra que quienes defendemos una Cataluña libre fuera de la U.E. tenemos razón.

El 9 de Noviembre votaremos porque hemos decidido ser ciudadanos, no simples siervos. Votar es la forma democrática de expresarse y los catalanes hemos decidido votar en ese día sobre nuestro futuro, ya sea para bien o para mal y nada ni nadie nos parará.
Cataluña está dando a Europa una lección de democracia, especialmente en lo referente a la relación entre ciudadanos y Gobiernos. En la tribuna principal del reciente acto en plaza Cataluña, solamente estaban los convocantes de la sociedad civil acompañados por locutores y animadores. Las personalidades del Gobierno, diputados, ejecutivos y políticos, estaban entre el público asistente. Desde allí escucharon el mensaje y lo que se espera de ellos. Inmersos en la masa popular pudieron constataron que, a pesar de su oficio y preponderancia política, son parte del pueblo al que se deben.

Sería bueno que las autoridades de la Unión Europea tomasen nota de esta relación ciudadanos-gobernantes; les haría bien comprender que ser electo para un puesto representativo no debería conferir prerrogativas sino limitaciones y que no conlleva privilegios sino obligaciones.

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