domingo, 15 de mayo de 2016

EL ISLAM CONTRA LA CULTURA DE OCCIDENTE



Las preferencias alimenticias son temas personales que a nadie otorgan el derecho de imponerlas por la fuerza a los demás. Que a mí no me guste el conejo o que aborrezca el zumo de frutas no justificaría que en el restaurante donde fuera a comer pretendiera prohibirlos o, peor aún, que insultara y condenase a quienes me invitasen a su casa y me los sirvieran en la cena. Este absurdo lo estamos viviendo los países europeos por la presión de los seguidores del Islam, una minoría que pretende imponer sus normas alimenticias al resto de la sociedad, otra de sus estrategias para erradicar la LIBERTAD en Europa. Los seguidores de Mahoma pretenden poseer un derecho divino para dirigir la sociedad occidental según los dictados y prohibiciones radicales de sus líderes religiosos y las páginas del Corán. 

Muchos son los conflictos que la política europea ha generado en su empeño por extender sin límites la libertad de pensamiento y acción en beneficio de su enemigo más radical: el Islam. Todas nuestros ideales, especialmente la LIBERTAD, están siendo atacados por este colectivo que, en vez de integrarse al mundo que ha matado su hambre, pretende remodelar nuestra sociedad a imagen de la mierda que dejaron atrás en los infiernos de Libia, Iraq, Bangladesh, Siria o Pakistán.

Hoy me ocuparé de las escuelas que brindan servicio de comedor a sus alumnos, o sea la casi totalidad de las escuelas europeas. Este servicio de comedor escolar proporciona diversos beneficios, entre ellos evitar desplazamientos innecesarios de niños y jóvenes fuera de la escuela, ahorrar perturbaciones laborales y de tiempo a los padres, además de asegurar la alimentación sana y balanceada a los estudiantes, que fue su primera razón de ser.

Nuestro desarrollo social y económico ha sido un imán irresistible para el submundo musulmán de Asia y Africa. Sus gentes, presas del hambre, sin escuelas ni sistemas de salud, víctimas de  guerras religiosas fratricidas y cuantas maldiciones sociales podamos imaginar, se apuraron a emigrar hacia Europa y siguen llegando desesperados, pidiendo asilo y comida con los brazos abiertos y la humildad en el rostro. Los hemos recibido y ayudado económica y socialmente a establecerse, pero a cambio nos desprecian abiertamente, insultan nuestro modelo social, maltratan a nuestras mujeres (igual que a las suyas) y pretenden imponernos SUS dogmas religiosos y tradiciones bárbaras que han llevado sus respectivos países a ser lo que son.

Entre sus EXIGENCIAS más clamorosas está la "adecuación" de la alimentación escolar a las NORMAS DEL ISLAM. Más pronto que tarde exigirán limitar nuestra educación a la memorización del Corán, tal y como sucede en las escuelas coránicas. 

La exigencia más clamorosa se refiere a la carne de cerdo y sus derivados. Pretenden que la carne de cerdo sea PROHIBIDA en las escuelas de Europa. Sus demandas llegan al extremo de exigir que ningún ambiente, máquina, bandeja o cuchillo que hayan podido estar en contacto con carne de cerdo, pueda ser empleada para sacrificar y despiezar otros animales. Ya no están hablando de comida escolar solamente, ahora se trata de intervenir los mataderos, fábricas de embutidos, empacadoras, cadenas de comercialización, fabricantes de piensos, restaurantes... 
Si cedemos ante tamaño absurdo, la conquista árabe de Europa conllevará más adelante a la pena de muerte para aquellos que hayamos consumido carne de cerdo, salchichas, paté, chorizos, jamón o sobrasada en alguna etapa de nuestras vidas. Y empecemos a preocuparnos por nuestra forma de vestir, relaciones con el sexo opuesto y a mantener la distancia de cuatro pasos entre las parejas cuando andemos por la calle.


Francamente hablando, con tantas concesiones a estos bárbaros estamos haciendo el papel de suicidas sociales, imbéciles políticos y argonautas del absurdo. Si no actuamos a tiempo permitiremos que los fanáticos religiosos que impulsan las guerras y crímenes de Asia y Africa, los promotores del terrorismo internacional y asesinos sanguinarios de inocentes, conviertan nuestro continente de paz y de libertad ganadas a pulso, en un mundo oscurantista y retrasado como los que sobreviven en los desiertos de Asia y Africa.

Ver a hembras musulmanas proclamando el imperio universal del Islam para convertir a las mujeres del mundo en vientres esclavos destinados a producir más terroristas, es una escena que nuestro concepto de libertad no debería permitir. Proclamar que el Islam está llegando es una amenaza contra las mujeres, la mitad de la población, y ofensivo a los hombres que respetamos a la mujer. Si es cierto que la libertad termina donde comienza el derecho ajeno, la imagen que muestra un grupo de imbéciles anunciando la llegada del Islam debería llevarlas a la cárcel.

Los líderes europeos deben comprender y admitir las razones esgrimidas por varios países de la UE para rechazar el ingreso de millones de refugiados musulmanes a su territorio. Los pueblos de Europa, que hemos sido víctimas repetidas del oscurantismo cristiano, que hemos sufrimos el terror de múltiples guerras políticas y filosóficas, no estamos dispuestos a repetir esas experiencias. Nuestra actualidad ha evolucionado hacia el humanismo:
  • Defenderemos la LIBERTAD en todas sus formas: pensamiento, expresión, credo y forma de vida.
  • Defenderemos la igualdad y respeto a la mujer, nuestras parejas, madres, hijas, vecinas y en general a TODAS las mujeres del mundo.
  • Queremos disfrutar nuestro derecho a vivir bajo una Constitución humanística, redactada conforme a nuestros tiempos y necesidades. No concebimos el Corán, anacrónico y absurdo, como ley fundamental y contrato social del mundo occidental.
  • Elegimos a nuestras autoridades según conveniencias políticas, sociales y económicas, nunca por imposición de una religión dogmática.
  • Seguiremos educando a nuestros hijos en el aprendizaje de las ciencias, el cultivos de las artes y el análisis y discusión del pensamiento de grandes filósofos y moralistas de todas las tendencias y culturas. 
  • Jamás permitiremos que creencias dogmáticas y excluyentes vuelvan a dominar nuestra sociedad y a fomentar el absolutismo y crímenes organizados por castas religiosas. Y mucho menos que grupos musulmanes escojan la noche de Navidad para salir a violar mujeres por las ciudades de Europa.








Desconocer la imperiosa necesidad de respetar esos valores y principios solo incrementará el rechazo colectivo y la violencia contra los inmigrantes musulmanes, a menos, claro está, que esas gentes depusieran radicalmente su actitud absolutista y sus intenciones de retrotraer nuestra sociedad al desierto de Arabia del año 600.

2 comentarios:

  1. Para lograr esto, tenemos que dar un vuelco a los políticos corrompidos, que nos gobiernan, e irnos mucho mas a la derecha, porque de otra forma, la izquierda ama a los musulmanes, por ignorancia, ya que creen que siendo sus aliados, en un gobierno musulmán tendrán ventajas.
    Que equivocados está, para entender a un musulmán, no se puede pensar como occidental, hay que meterse en la idiosincracia de estos asilvestrados, y ver que todos lo que sea concesiones, ceder, bajar la guardia, es darles la victoria, ya que lo consideran una cobardía.Tenemos que aprender de los israelíes, que estos, sí entienden como hay que tratar a estos obscenos de la religión.

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  2. Para lograr esto, tenemos que dar un vuelco a los políticos corrompidos, que nos gobiernan, e irnos mucho mas a la derecha, porque de otra forma, la izquierda ama a los musulmanes, por ignorancia, ya que creen que siendo sus aliados, en un gobierno musulmán tendrán ventajas.
    Que equivocados está, para entender a un musulmán, no se puede pensar como occidental, hay que meterse en la idiosincracia de estos asilvestrados, y ver que todos lo que sea concesiones, ceder, bajar la guardia, es darles la victoria, ya que lo consideran una cobardía.Tenemos que aprender de los israelíes, que estos, sí entienden como hay que tratar a estos obscenos de la religión.

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