Se trata de una tarde taurina que parece fuera de fecha, atravesada en este martes a comienzos de primavera. El coso del Congreso de Diputados de Madrid presenta una tarde de toros, con ejemplares de la Ganadería Catalana, pero el público que asistirá no está conforme con el cartel porque no podrán disfrutar contemplando a los dos grandes matadores de su pueblo torturando y matando al toro preferido, esa bestia terrible y sanguinaria llamada "el Mas". La ganadería ha preferido enviar a otros ejemplares, dos toros pesados, Jordi y Joan y una vaca cuernigacha, Marta, que los espadas prometen despachar con mucha pica y banderillas para divertir a la plebe antes de matarles.
Los espadas madrileños prometen una tarde esplendorosa para la que se han preparado a conciencia. Tienen la intención de llenar de sangre la arena y hasta salpicar los tendidos para vengar pasados desplantes de la Ganadería. El Rubalcón ha pasado malos tragos en Cataluña, quizás por ello medita cómo ejecutar su tarea con lucimiento. Nesesita demostrar al otro espada y al público quién es el mejor matador de la plaza, especialmente porque la temporada está próxima y los contratos en discusión.
Marianico en cambio, no se detendrá en miramientos. Ha advertido que solamente malgastará un par de capotazos y de inmediato ordenará a los picadores que claven hasta el hueso. No piensa volver a pasar malos ratos con esa ganadería, animales traicioneros que la última vez le escupieron a la cara y casi le desfondan el culo. Sus banderilleros usarán banderillas con pimienta en la punta y de inmediato media dará una docena de muletazos de cualquier manera para poner las bestias en posición de matar. Ni faenas ni lucimientos, espadazo trapero y descabello para complacer al público.
Hablando en serio, ha sorprendido que Madrid insistiera en que Artur Mas se presentara personalmente a la Cámara de Diputados. En Madrid, naturalmente, no pueden comprender que siendo el Parlament (no el Gobern) el órgano que presenta el caso ante el Congreso Español, haya designado sus representantes libremente: los jefes de sus respectivos cuerpos parlamentarios: Marta Rovira (Esquerra), Jordi Turull (CIU) y Joan Herrera (ICV).
Por otra parte, conociendo la falta de formación democrática y escasa capacidad de convivencia de los diputados españoles, Cataluña no enviaría a su Presidente, Artur Mas, a una encerrona donde pretenderían ridiculizarlo, le insultarían groseramente y hasta sería posible que algunos exaltados pretendieran agredirle físicamente. Esa clase política, constituida por ladrones profesionales y mentirosos sin remedio, ya han dado y siguen dando muestras elocuentes de su talante descarado. Se trata de una chusma que engloba a los medios de prensa madrileños asalariados, y a supuestos empresarios dedicados a esquilmar al Estado.
La encerrona, si así se puede llamar este evento, se la ha dado Cataluña a Madrid en su propia plaza, porque la petición de competencias delegadas ha sido presentada sabiendo que será denegada, otra muestra elocuente de la falta de democracia que rige en España. Esperamos que esa negativa se produzca con la mayor agresividad y groserías posibles, para que contraste con la habilidad y afabilidad que catacterizan a los tres representantes catalanes para que el mundo siga tomando conciencia de que Cataluña es una nación y España un montón de súbditos sometidos al ultraje y pillaje de una casta dominante.
