jueves, 21 de agosto de 2014

ROBAR EN ESPAÑA ES SEÑAL DE NOBLEZA


Ser político en España obedece a varias condiciones y reviste ciertos privilegios tales como:


Los políticos son electos porque aparecen en las listas de los Partidos, sin que los electores sepan si se trata de gente honorable, pervertidos sexuales, ladrones, licenciadas, intelectuales o zorras vulgares.
Para salir en la lista del Partido los aspirantes se vieron obligados a lamerle el trasero al jefe del Partido durante meses hasta éste que ordenó ponerlos en la Lista.

El nivel educativo y moral de un político no importa. Sus vicios y taras constituyen virtudes para el Partido, ya que solamente estarán presentes en las Cámaras para alzar la mano cuando se lo manden y tirarte uno que otro pedo cuando les parezca. En realidad, los Diputados y Senadores rara vez están en las Cámaras, salvo para levantar la mano o insultar al contrario.




A nivel Ejecutivo, la falta de moral de los políticos es muy ventajosa para su Jefe y para el Partido, porque es garantía de que robará y repartirá el botín fielmente.


Así pues, a nadie debe extrañar el caso de Jordi Pujol. Lo que debería llamar nuestra atención es que Convergencia lo esté echando del Partido, que le haya exigido comparecer ante el Parlament y que Barcelona haya reclamado que devuelva la condecoración recibida años atrás, porque hasta ahora los partidos políticos solamente han blindado y justificado a sus ladrones . También debiera asombrarnos la celeridad de la Justicia Española para actuar en este caso, porque hasta el presente Fiscalía y Tribunales solamente habían actuado para exculpar a los ladrones.

        El tema Pujol es un caso verdaderamente excepcional en la política española, tan distinto del pasado.  Fiscalía y Hacienda han demostrado una agilidad que contrasta con la complicidad irreductible y lentitud desesperante que han demostrado en los casos de la Casa Real, la Trama Gürtel, la podredumbre de los Fabra, los EREs de Andalucía, el AVE de Galicia, los millones malhabidos con dinero negro del PP, el accidente de Barajas, Caja Madrid, los contratos de la basura en Castilla La Mancha, contratos entre las Fuerzas Armadas y las empresas del Ministro, el Jaguar de la Mato, el accidente con los soldados...

Razón tiene Jordi Pujol cuando trata de defender sus haberes, ya sean legales o ilícitos, porque ROBAR EN ESPAÑA ES HONORABLE y LEGAL. Podría decirse que es casi obligatorio para políticos, banqueros, contratistas del Estado, personajes de sangre azul y servidores sexuales asociados. Suponiendo que el ex "Molt Honorable" haya estafado al Tesoro, lo hizo ejerciendo el derecho consagrado en la política española para robar y en consecuencia ese dinero debería ser suyo, tan suyo como los billetes de 500 € recibidos en sobres desde 1998 por Aznar, Rajoy, Arenas, Cospedal y demás bichos de uña.

martes, 19 de agosto de 2014

ESPAÑA: UN PAIS DESGRACIAD



Que España es un país gobernado por ladrones constituye una verdad absoluta, incontestable como la ley de la gravedad, eterna y sin límites como el Universo. El Estado Español como un todo está dirigido y regulado por ladrones y sus cómplices disfrazados de políticos, fiscales, jueces, interventores, banqueros y contratistas. El Congreso en sí mismo, está constituido por ladrones descarados y colaboradores necesarios, gentuza pagada para levantar la mano cuando se lo indican sus jefes, aunque ello vaya contra los intereses de los tontos que les dieron sus votos.


Cataluña, inevitablemente regida por las muy corruptas prácticas borbónicas, no podría escapar de esa maldición. Ahí tenemos el viejo caso Palau y el nuevo escándalo Pujol, aunque no sean mayores que los muchos casos corrupción del PP, desde Aznar hasta Rajoy, ni más escandalosos que los de la era de Felipe González. Al fin y al cabo Jordi Pujol gobernó siempre en colaboración con PP y PSOE, o sea el PPSOE. 


Desde luego, por mucho que monte la cuenta de los Pujol en Suiza, no llegará ni a los talones de la Trama Gürtel, los EREs de Andalucía, la estafa pública de Caja Madrid, las barbaridades descaradas de los Fabra, los asesinatos del AVE en Galicia y los del Metro de Valencia. Es tan bestial la inmoralidad pública de España que hasta la confraternidad del Presidente de Galicia con la mafia se considera una simple travesura.

¿Acaso la podredumbre moral abarca solamente a los dos partidos políticos que han gobernado España? No, absolutamente no. El latrocinio se extiende desde la Casa Real y el Poder Ejecutivo en pleno, pasando por el Congreso y Senado, Tribunal Constitucional y Poder Judicial, abarcando la Iglesia Católica y los altos estamentos de la fuerza armada, hasta los Alcaldes de los remotos ayuntamientos que hayan negociado con algún servicio público, rezonificado un terreno o vendido algún solar de propiedad pública. 


Podríamos esperar que Artur Mas esté también metido en el ajo? Naturalmente que sí, él y los suyos ¿acaso alguien piensa que estén libres de ignorar lo que las Leyes Españolas les obligan? Porque, entiéndase bien, los funcionarios públicos españoles de elección popular y los administrativos que puedan hacerlo, están obligados a ensuciarse la manos y compartir con sus superiores todo lo que pase entre sus dedos.


El anhelo de Cataluña por su INDEPENDENCIA está enraizado en la esperanza de poder tener una Constitución que permita elegir personas decentes para gobernar y disponer de leyes, cuerpos de seguridad y tribunales de justicia que castiguen prontamente y racionalmente a quienes pretendan meter sus manos en el Tesoro Público. 



Cuando Cataluña se independice España irá irremisiblemente a la quiebra. A coro plazo el nuevo país se convertirá en un emporio de riqueza, un paraíso de paz gobernado por la ley y ese será el fin del imperio de pacotilla que los Borbón no supieron administrar, empeñados en imponer la espada por encima de la razón y la fuerza por encima de la ley.