sábado, 16 de julio de 2016

EL QUE QUIERE BESAR BUSCA LA BOCA



El título de esta columna copia un viejo refrán que nos habla de la estrategia y esfuerzos requeridos para transformar un deseo en realidad. En este caso nos referiremos a la obsesión de Mariano Rajoy para repetir en la Presidencia de España. 

Cabría imaginar que este personaje estaría trabajando en cuerpo y alma para enamorar a quienes pueden ayudarle a reunir apoyos para su investidura. Otro en su lugar, estaría ofreciendo puestos y prebendas a cambio de votos en la Cámara, prometería leyes laborales apetecibles a los socialistas y justicia libre que protegiera a la población, aseguraría medidas financieras para el desarrollo del país, juraría disposición al diálogo permanente, aseguraría respeto a la disidencia y revocatoria a la Ley Mordaza... 
Y mientras tanto, con una demostración de humildad conciliadora, el pretendiente trataría de allanar el camino para la atracción mutua con los líderes políticos opositores, emprendiendo labores de higiene en el Partido Popular: se desharía de la indeseable senadora Rita Barberá, portaestandarte de la vulgaridad y corrupción valencianas, cesaría a Jorge Fernández Díaz por su escándalo de espionaje y confabulación desde el Ministerio de Interior, actuaría sin pausa ante los hongos de corrupción que han seguido apareciendo en el PP y procuraría una entrevista con Pedro Sánchez del PSOE antes que con otros líderes políticos, para que no se sintiera como plato de segunda mano.

Estas medidas deberían ser de elemental cumplimiento para cualquier líder democrático, pero en el caso de Rajoy han demostrado ser imposibles, contra natura, inaceptables para el elegido de los Dioses que cree ser. 
Mientras Mariano se rasca el trasero en La Moncloa, Rita Barberá sigue arrastrando por el fango el emblema del P.Popular, Jorge Fernández continúa demostrando la insolencia que le caracteriza y los nuevos casos de corrupción en su Gobierno son mirados con tanta complacencia que casi parece orgullo.

Tras tres semanas de inacción, Mariano ha invitado para conversar a toda la España política, dejado en última instancia a Pedro Sánchez, una estrategia que podría interpretarse de varias maneras aunque no precisamente de acercamiento. 

Da la impresión de que el impasible Mariano está convencido de ser un súper héroe a cuyas plantas los líderes opositores, que representan el 70% de los votantes de España, deberían rendirse temblando de emoción y rogando que les conceda el honor de escuchar sus alabanzas y aceptar el cargo de Presidente. Vaya cretino que nos está resultando el viejo Mariano.

Para desgracia de España y Europa, las posibilidades de que Rajoy repita en la Presidencia son altas. Otra demostración de que los europeos no se irritan con la corrupción ni la degradación social a la que los líderes sentados en Bruselas les están llevando. 


En Madrid el PSOE demuestra estar más preocupado por la satisfacción de los bancos y grandes capitales que por la justicia social y el bienestar laboral, una imagen que podría explicar su debacle electoral. Para colmo, los que una vez fueran socialistas siguen demostrando rechazo a luchar por el Gobierno de España, una batalla difícil pero alcanzable, que requeriría la alianza con Podemos, agrupación que ha sido vetada por la oligarquía europea a la que PSOE obedece. 

Ya concluida la 2ª campaña electoral, el P.Popular se ha dedicado astutamente a meter miedo en las calles con el fantasma de una 3ª votación. Acusa a los partidos de oposición de "obstruccionistas", aunque tampoco facilita la posibilidad de acuerdos políticos ofreciendo convenios legislativos ni menciona la revisión de las leyes totalitarias promulgadas en el pasado reciente con su aplastante mayoría.

Mientras se redacta esta columna, parece evidente que Ciudadanos ya se ha rendido a la presión del PP y que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, zarandeado sin pausa por los líderes regionales, se entregará en pocos días a la voluntad de la oligarquía que gobierna a través del P.Popular.


En el Congreso de Diputados España contará con una sola voz opositora autorizada: Podemos, cuyos dirigentes arrastran un historial envenenado como asesores y amigos del chavismo de Venezuela. Su actuación junto a los gorilas del Caribe infunde un cierto sentido de prevención en los votantes, pero justo es reconocer que será la voz discordante e hiriente que tanta falta hacía en el Parlamento. 

Cerca de Podemos veremos a los parlamentarios de tendencias regionales y a los nacionalistas vascos y catalanes. Esa oposición rebelde tendrá poco que hacer frente al núcleo duro de la España imperial: PP-PSOE-C´s. Los tres partidos representan alrededor del 70% de los Diputados, lo que deja sin margen de maniobra a la disidencia. 

A pesar de todos los males, algo se habrá logrado en la lucha por la supervivencia de la población de a pie en España: la oligarquía seguirá abusando del poder, pero ya no gozará del silencio absoluto.