sábado, 23 de noviembre de 2013

ASAMBLEA NACIONAL CATALANA (ANC) y OMNIUM CULTURAL

Es asombrosa la actitud de ignorancia que los órganos oficiales y de comunicación españoles pretenden aparentar hacia la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural. Es la misma dejadez histórica que el centro del poder Borbón y a ratos fascista, demostraron hacia Castilla, Andalucía y Extremadura, manteniendo esas regiones en la incapacidad laboral y el subdesarrollo para asegurar su obediencia ciega a Madrid. Para sostener con vida a esos indigentes, la mitad de la población del Reino, contaban con la otra mitad, los trabajadores del Norte, que vivían sobre el arado o las máquinas de sol a sol, vascos en los altos hornos, asturianos en las minas, catalanes en las fábricas, riojanos en los viñedos y mallorquines tendiendo camas para los alemanes- A la vez que sostenían el Reino, la Corte Española, sus cortesanos y sus guerreros apartaban de la recaudación todo lo que podrían y amasaban fortunas, pero tantos años de abusos han llevado al llegadero: el desmembramiento del todo.

Para quienes no estén  al tanto del proceso independentista de Cataluña o no lo hayan descifrado todavía, presentaremos a sus protagonistas en esta página. Se trata de dos organizaciones, ambas presididas por dulces matronas, protagonistas principales en las convocatoria del pueblo catalán en su lucha para recobrar la independencia. Su poder de convocatoria llega a cada rincón de Cataluña y más allá, dondequiera que viva un catalán.

 OMINUM CULTURAL
Es la organización social con fines culturales, creada a raíz de la muerte de Franciscos Franco y final de su Dictadura. Desde entonces ha cumplido la tarea de enseñar el idioma Catalán e historia a los maestros del país, para que ellos a su vez pudieran afrontasen el desafío de recuperar nuestra cultura desde las aulas. Casi todos los maestros y profesores de Cataluña y muchos de Baleares y Valencia, han asistido a sus cursos en horarios fuera del trabajo.

ASAMBLEA NACIONAL CATALANA
En primer lugar aclaramos que se trata de un organismo social, independiente del poder político partidista. Obedece a la capacidad de la sociedad catalana para crear organismos sociales que defienden los intereses populares, como sería el caso de la Plataforma Contra los Desahucios (PAH) dirigida por otra mujer, Ana Colau, Médicos sin Fronteras, etc. La función de ANC consiste en unificar la potencialidad social para recuperar la independencia. A pesar de su finalidad política, se mantiene al margen de los partidos políticos y sufraga sus gastos con aportaciones públicas. Todas sus actividades de masas, transporte, alimentación, cuidado de enfermos y niños, coordinación y publicidad, son financiadas por cada uno de los participantes.

Es esa independencia financiera la que garantiza a ambas organizaciones su autonomía ideológica y por cuanto se mantienen ajenas al devenir político, hablan con la voz que surge de la sociedad catalana. De sus 80+ mil activistas voluntarios permanentes surgen sus Directivos nacionales, regionales y locales, que actúan en cada pueblo y en cada barrio de Cataluña, desde Lérida a Barcelona, desde los Pirineos hasta la desembocadura del Ebro. Cada activista paga cuotas mensuales para asegurar la supervivencia de la organización y además extiende el mensaje social, reparte folletos, vende banderas, pulseras, almanaques… Naturalmente, también coordinan y aseguran las participaciones populares a los actos que desarrollan permanentemente, explican nuestros motivos y defienden los tenderetes de la ANC cuando algún enemigo de Cataluña asume actitudes de cosaco beodo. 

Conozco de lo que hablo porque soy uno de los voluntarios de la ANC, seguramente el menos importante de todos. Y es ese conocimiento el que me induce a sonreír cuando escucho a los políticos oficialistas, del PP y del PSOE y a sus periodistas pagados, acusando a Oriol Junqueras y Artur Mas de traicionar a España, amenazándoles de meterlos en la cárcel. Ambos políticos no controlan el movimiento independentistas porque está en manos del pueblo catalán y quienes pretendiesen pararlo tendrían que encarcelas a cientos de miles de nosotros.

Cuando Oriol Junqueras sugirió ante la Asamblea Europea que Cataluña podría pararse durante una semana y causar una debacle económica en España, no dijo que lo ordenarían él y su partido porque no tienen capacidad de convocatoria para hacerlo. Ese poder reside en la Asamblea Nacional Catalana y si llamase a la huelga indefinida, Cataluña se pararía en un porcentaje asombrosamente alto sin que La Generalitat ni el Gobierno pudieran evitarlo. Gran parte de los catalanes estamos dispuestos a perder una o dos semanas de sueldo y más si es preciso, con tal de sacudirnos España de la espalda.

La oligarquía española cometió la torpeza de ordenar al Partido Popular la recogida de firmas y boicot comercial contra Cataluña en 2006, porque con la primera sellaron la separación emocional entre Madrid y Barcelona.  Seguidamente se equivocaron el PSOE y PP, empleando su Tribunal Constitucional para destrozar el Estatut y ridiculizar a Cataluña. Si hasta ese momento nuestro disgusto tenía razones fiscales y económicas, la afrenta política constituyó la semilla del rechazo, un sentimiento que ha ido evolucionando en el tiempo hacia posiciones más radicales. Hoy a muchos como yo, se les pone la boca agria cuando ven la bandera española y sienten asco viendo cómo se enorgullecen de sus crímenes los ladrones que mandan en España.


 Para aquellos que no lo hayan entendido todavía, les decimos que la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, somos millones de catalanes que estamos asqueados de España y lucharemos por nuestra libertad hasta alcanzarla. 


jueves, 21 de noviembre de 2013

LOS ESTERTORES DEL REGIMEN

Entre los principios que rigen la Naturaleza existen dos que quisiera traer a la atención. El primero es el principio natural de que todo ser vivo que nace, tarde o temprano muere. El otro es una ley física: toda fuerza existente o creada, genera inmediatamente otra fuerza de igual o mayor potencia que actúa en sentido diametralmente opuesto. La conjunción de ambas leyes naturales explica por qué los imperios mueren. Independientemente de su fuerza y extensión, cada imperio o régimen político llega a su fin sin importar el terror que emplee para subsistir. porque sus víctimas responderán con igual fuerza y al final ganarán porque los esclavos suman más que sus amos. El único sistema político que podrá existir indefinidamente es la democracia en sus diversas modalidades, porque se fundamenta en un principio socialmente anhelado por la raza humana: LA LIBERTAD del colectivo para escoger su presente y planificar el futuro.

 
¿Acaso es la democracia el sistema sociopolítico perfecto? No, absolutamente no, pero es el que presenta menos resistencia de los individuos y más posibilidades de satisfacción personal y colectiva. A ello se debe que, tras la Segunda Guerra Mundial, el choque entre tres modelos sociales, democracia, comunismo y fascismo, haya terminado imponiéndose la democracia. El fascismo sucumbió a las armas del mundo libre y el comunismo implosionó a consecuencia de su incongruencia genética.

En España estamos presenciando los últimos estertores de un régimen que constituye un absurdo en el Siglo XXI. Se trata de una monarquía disfrazada de constitucional, cuyas características desvirtúan el modelo democrático. Veamos:


  • La Familia Real que supuestamente rige en España, está secuestrada por un grupo oligarca que posee y domina el país. A cambio, los componentes reales disfrutan de inmunidad, están más allá del bien y del mal. Sus desvaríos, dolos y ejemplo pernicioso, constituyen escándalos públicos que se extienden impunemente en el tiempo, protegidos tras los mecanismos de la justicia.
  • El Poder Ejecutivo está hoy constituido por un Presidente huérfano de la confianza mayoritaria de la sociedad y por un grupo ministerial en el que tienen cabida todo clase de gente. Designado por la Cámara de Diputados, debe obediencia a la dirigencia central y foránea del Partido de Gobierno, en el que abundan ejemplares reñidos con los mínimos principios morales.
  • El Poder Legislativo está diseñado para rendir servicio y permanencia a un sistema bipartidista de gente dada al enriquecimiento propio. La clase política como un todo y sus colegas sindicalistas, siguen siendo protagonistas altaneros de crímenes contra la Hacienda Pública que a su vez se niega a señalar culpables.
  • Esta sinrazón pervive gracias a un sistema electoral viciado que mantiene a los aspirantes cual un bloque anónimo en el que se esconden lagartijas de todo tipo y que suma o resta caprichosamente los sufragios a través del país de manera que los dos grandes partidos dominen inevitablemente la política.  Este sistema induce a los españoles a votar “contra” un partido en vez de votar afirmativamente por otro y promueve el olvido inmediato de las propuestas electorales en cuanto se cierran las mesas de votación.
  • El Poder Judicial constituye un centro de poder manejado por la clase política, que lo nombra y destituye según servicios prestados. Si bien existen ejemplos de probidad judicial, la opinión pública entiende que se trata de excepciones dentro de un sistema politizado y podrido.
  • Por su parte el poder económico, especialmente la banca, disfrutan de autorización tácita amplia para estafar de manera extensiva y someter la clase trabajadora a las peores condiciones laborales conocidas.
Es natural que la población de España esté reaccionando contra el poder abusivo de una casta dominante que se rige por las normas de la Corte de Felipe V. A pesar de ello se multiplican las concentraciones populares reclamando derechos, cuestionando actuaciones, rechazando leyes y reglamentos y exigiendo un cambio social acorde con la Unión Europea. Para agravar el panorama, Cataluña y el País Vasco están exigiendo su independencia, desesperados por librarse del Reino de España. Se rata de una semilla que se empieza a extender a otras regiones, aunque la respuesta oficial, lejos de escuchar el clamor nacional y corregir, se ha limitado a seguir el viejo estilo dominante imperial. Veamos sus reacciones más notorias:

  • Ordenando a la Fiscalía del Estado y la Hacienda Pública, el blindaje de los miembros de la Familia Real, en evidente complicidad con políticos y pillos del mundo financiero.
  • Politizando aún más el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, sometiendo así todas las decisiones a la conveniencia del órgano político.
  • Ordenando la homogenización del país en lo referente a usos, cultura y costumbres, confiando en que nivelando la instrucción por lo bajo y eliminando regionalismos, asegurarán la obediencia general a la Capital del Reino.
  • Creando conflictos entre regiones y culturas, para minimizar la unidad de criterios y posibilidades de una reacción nacional.
  • Aumentando las tasas judiciales y distancias entre la población y los tribunales de primera instancia, a fin de obstaculizar el acceso popular a los órganos de justicia.
  • Dificultando y encareciendo el acceso a la educación, conscientes de que un pueblo que se embrutece también se vuelve más dócil.
  • Devaluando el sistema de pensiones para reducir la expectativa de vida y así rebajar el número y entusiasmo de los votantes.
  • La Capital del Reino está protagonizando la entrega del sistema de sanidad pública a empresarios improvisados con el propósito de convertirlo en un negocio masivo y al mismo tiempo, crear una metodología que les permita controlar estrictamente los grupos de población que deberán ser beneficiados con programas de salud preferente y medicamentos.
Este conjunto de planes perversos, ejercidos por el sistema político binario español, venía funcionando a medio gas en el pasado, pero lo han acelerado con la llegada al poder del Partido Popular. Esta situación ha sido motivo de alarma en la prensa nacional, que ha empezado a criticarla y destaparla, salvo ABC, La Razón e Intereconomía, portavoces de la oligarquía y defensores del terror desde su inauguración. También la población se ha movilizado contra el Gobierno con diversas manifestaciones, entre ellas:

Marchas contra la degradación plantificada de la educación.
Organizaciones de defensa contra desahucios bancarios.
Manifestaciones multitudinarias en defensa de la salud pública.
Marchas sindicales.
Concentraciones prolongadas exigiendo cambios políticos.
Cercos a las sedes de los Poderes Políticos.
Manifestaciones airadas (escraches) contra la clase política en la calle, frente a los juzgados y alguna ante las casas de políticos.
Cadenas humanas exigiendo libertades.
A todo ello, el Gobierno del Partido Popular está respondiendo con la violencia, lanzando repetidamente los órganos policiales contra los manifestantes. Actuando como cuerpos de choque, los cuerpos policiales han aplicado la violencia sin miramientos contra la población indefensa, disolviendo marchas y dejando heridos, pero incrementando las críticas y el rechazo.

Ante la poca efectividad lograda con la violencia,  se han levantado barreras metálicas para blindar el Congreso contra las marchas, han incrementado descaradamente la propaganda oficial anunciando repetidamente éxitos económicos que son desmentidos por Europa y prometiendo puestos de trabajo efímeros y con frecuencia  inventados. Las demostraciones populares han sido y continúan siendo descalificadas con insultos y ya en el colmo de los colmos, han calificado a la plataforma contra los desahucios, la PAH liderada por Ada Colau, de “hordas nazis”, mientras que el Parlamento Europeo la galardonaba con el Premio al Ciudadano Europeo.

Es evidente que estamos presenciando los últimos estertores de un régimen liderado por un Gobierno que continúa inspirado por la dictadura de su viejo ideólogo: Francisco Franco. En el Congreso de los Diputados están decidiendo nuevas medidas contra las demostraciones populares que PROHIBIRAN a la población acercarse al Parlamento para reclamar su comportamiento antidemocrático o denunciar los actos criminales de los políticos. Quedarán VETADAS las asambleas no afectas al Gobierno y se eliminarán el DERECHO de reunión en lugares públicos. Las penas por esos ¿DELITOS? fluctuarán desde cárcel a multas impagables que podrían ascender hasta 600.000 €, montos superiores a cualquier concepto conocido.

¿Alguien piensa que atizando el fuego y atornillando la tapa de la olla se logrará un mejor cocido? No, es evidente que con ello sobrevendrá una explosión. Es posible que a Mariano Rajoy, imitando a la Dictadura muerta con su funesto líder el 22 de Noviembre de 1975, se le haya ocurrido reprimir las reacciones previsibles con la fuerza militar. Sería una aventura esperada y deseada por los Generales aburridos en sus cuarteles. En cualquier caso, este régimen morirá, ya sea para transformarse en un democracia verdadera o en otra dictadura. Veremos qué hará la Unión Europea al respecto.



lunes, 18 de noviembre de 2013

SEAMOS INDULGENTES CON ESPAÑA

Preocupado como los demás catalanes por el conflicto que enfrentamos con España, me trasladé dos semanas atrás a Madrid para imbuirme del pensamiento españolista y así comprender mejor la posición de aquella gente. Además del contacto intenso con la basura que prestaba un ambiente medieval a la ciudad, me reuní con diversos fabricantes de opinión, los mismos que diariamente llenan las pantallas de la tele para decirle a los españoles aquello que deben hacer, rechazar, abrazar u odiar. Ellos me explicaron su realidad y hoy, con tal bagaje de conocimientos actualizados, me siento preparado para explicar el conflicto histórico entre el Reino de España y Cataluña.


Ante todo debemos aceptar que es imprescindible comprender ambas culturas (si así podemos llamar también a la idiosincrasia española) y asumir las posiciones e intereses de ambos protagonistas. Solo así podemos analizar las verdaderas causas del antagonismo permanente que, lejos de ser económicas como sospechan en Madrid, tienen sus orígenes en la historia manipulada, el maltrato a la colonia, el vejamen oral a los siervos y el veto al Catalán. A pesar de lo evidente, estas perversiones son incomprensibles para los castellanos debido al deterioro neuronal con el que Mater Natura les ha castigado.

Es un hecho científicamente demostrado que los “mesetarios erectus” poseen neuronas devaluadas, venidas a menos a causa de los garrotazos que se estuvieron propinando mutuamente durante siglos. Debido a tantos golpes su ADN se vino a menos, quizás por ello en Cataluña hemos malinterpretado el sentimiento madrileño. Creemos que los mandamases españoles odian el Catalán cuando en realidad se trata de incomprensión. Los castellanos no pueden entender que los catalanes no estemos emparentados con ellos, o sea que no seamos españoles. Ni siquiera su mente más preclara, el señor Wert, puede descifrar por qué en Cataluña hablamos comúnmente dos y tres idiomas mientras que en el resto de la Península solo puedan hablar una que otra derivación del romance castellano. De ahí que pretenda prohibirnos ser políglotas.

La Historia peninsular, la única divulgada en las tierras que se extienden entre el Ebro y Portugal, fue elaborada para justificar los robos de los franceses, los mismos que siguen reinando en España. Se trata de un texto encomendado a escritores profesionales y redactado según pautas diseñadas para adaptar el vulgo español al servilismo, el hambre y la creencia de su propia valía e inteligencia, todo lo contrario a la realidad porque, admitámoslo, seguir siendo siervos satisfechos de esa Casa Real requiere un alto grado de imbecilidad, la misma que permite seguir añorando los peores años de la brutalidad estatal.  

Obedeciendo a esa mentalidad cuaternaria, la administración del gobierno se entiende como un ejercicio del terror. Este esquema básico no admite consultas, entendimiento ni convencimiento, únicamente la fuerza, método que han empleado los Borbón para asegurar la obediencia del vulgo español durante trescientos años. Es cierto que esa dinastía cedió medio siglo a manos de Francisco Franco, la bestia que empleó el mismo método terrorista con volumen ampliado en el Siglo XX. Guiado por la máxima que reza: “con el éxito no se discute”, el Gobierno Español no cambiará de curso, pues su deficiencia neuronal le impide buscar, mucho menos analizar, otras vías.

La deficiencia neuronal de los españoles se demuestra especialmente en los órganos del Gobierno. Su Poder Legislativo está constituido mayoritariamente por ejemplares desprovistos de capacidad analítica. Sus Diputados y Senadores son entes presenciales carentes poder decisorio para que no cometan estupideces. De hecho podrían ser sustituidos por fotografías o por robots que apretasen botones según la instrucción emanada del centro de control. A su vez el Poder Ejecutivo está encabezado por tipos como Aznar, Zapatero o Rajoy, a cual más obtuso. Son víctimas de la deficiencia neuronal que también se refleja en las groseras demostraciones del Poder Judicial, incapacidad que Europa se ve obligada a corregir constantemente. En la dirigencia social española esta tara también es moral. Allí también impera la deshonestidad sistematizada y protegida por el Poder Judicial. Desde luego esta situación contrasta con la moral europea que desecha y enjuicia a cualquier político cuya honestidad entre en duda.

Aceptemos pues que nuestras malas relaciones se deben a la incompatibilidad neuronal. Mientras que los catalanes somos estudiosos, industriosos y trabajadores, artistas, deportistas y sobre todo demócratas, la mayoría de los españoles son zopencos y vagos, borrachos, mantenidos y groseramente totalitarios. Se trata de una diferencia abismal que se evidencia al comparar la dirigencia catalana personificada en Artur Mas y Durán Lleida, con la mediocridad española representada por Mariano Rajoy y Ana Botella.

En la arquitectura también es evidente la diferencia cuando comparamos el pueblo grande y desordenado que es Madrid, por muy adornado que esté, con la metrópolis catalana, ejemplo mundial de urbanismo racional desde 1860.  Y en deportes olímpicos Barcelona sigue siendo la excelencia de organización y Juegos a seguir, mientras que Madrid es el máximo ejemplo del ridículo.

En conclusión, los catalanes debemos limitarnos a deshacernos del lastre que representa España, sin odios ni rencores. No hagamos caso a las fobias lingüísticas y sigamos comunicándonos en Catalán, Inglés y Español, mientras ellos siguen hablando esa mezcolanza conocida como Charnego en sus diversas modalidades. Al final resultará que el idioma Español se salvará gracias a los catalanes. No permitamos que las estupideces ministeriales nos distraigan del camino hacia la independencia, al contrario, esforcémonos con más ahínco si se puede.

El tema de la Comunidad Europea debe dejarse en suspenso, pero recapacitemos que Suiza debe de tener razones poderosas para mantenerse al margen de ese organismo. Tampoco pasemos por alto que somos parte indivisible de Europa y que seguiremos siéndolo, a menos que cambie la geografía de este Continente. Nunca olvidemos que nuestra vocación es de apertura al mundo, como lo venimos haciendo desde hace más de diez siglos y no permitamos que la fábrica de miedos que funciona en Madrid nos asuste. Se trata de amenazas propias de los brutos, gente que, incapaz de convencer, prefiere amenazar. Lo han estado haciendo a lo largo de tres siglos, ignorando que el tiempo ha pasado y la paciencia se ha agotado. 

En cualquier caso, tras la separación deberemos insistir en las buenas relaciones con los españoles y ayudarles a soportar la pérdida económica que representará haber perdido la colonia Cataluña. Si fuera posible y soportable, mantengamos nuestra ayuda a España hasta que aprenda a andar sola. Tendremos que ayudarles a despertar del sueño de grandeza imperial, terminar de hundir la Armada Invencible, convencerles de que necesitan menos vino, menos fandango, menos siestas, más seriedad, más estudio y más trabajo.