miércoles, 18 de marzo de 2015

MARATON ELECTORAL 2015


Ya han abierto el año electoral en España. La heroina de tal hazaña es Susana Díaz, Susanita para sus íntimos. La chica de Andalucía que, para entrar de lleno en el papel anuncia que está preñada, protagonizará las elecciones de su región este fin de semana de Marzo. Después vendrám las municipales y a mediados de año las autonómicas. En Cataluña, como somos diferentes, las hemos convocado para Septiembre. Finalmente las legislativas que habrás de derivar, tras muchas o pocas conversas de altos vuelos, en la designación del Presidente.

¿Quienes son los protagonistas de esta maratoniana sucesión de votaciones? Gente que aspira a vivir de la política en diversas medidas y maneras. Algunos ni siquiera aspiran a gobernar, solamente buscan hacer negocios, extorsionar, robar, mentir, traficar con influencias... en fin, seguir haciendo lo mismo que han hecho hasta ahora. Analicemos los personajes más sobresalientes y característicos:

MARIANO RAJOY, Marianico para el vulgus. Este personaje, actual Presidente del país, es también el jefe del clan que ha estado desfondando el Tesoro Público desde hace 20 años. No lo ha hecho a solas, al contrario, le han acompañado cientos, miles de cómplices de diversa catadura, desde Aznar hasta el último concejal de algún pueblo de Sierra Morena. Rajoy quiere repetir, naturalmente, igual que algunas mujeres de su entorno entre las que destaca Esperanza Aguirre, esa especie de lorita enrasada con serpiente, que dirige una mafia particular de ladrones en Madrid a los que acusa, cuando son descubiertos, de defraudadores e indignos de su confianza virginal. 
El poder envicia y corrompe pero a ello hay que agregar el miedo del Partido Popular a perder el control de los resortes del poder. Un miedo que se debe a la montaña de inmoralidades que ha protagonizado y quizás los jueces pierdan miedo despues de su caída. Quizás los nuevos gobernantes se lo quieran cobrar... quizás tengan que pagarlo... quizás sea en la cárcel... quizas...


La promesa electoral del PP consiste en mentir sin rubor sobre la creación de empleo y recalentar el anti catalanismo, recurso siempre bien recibido por la plebe española.

PEDRO SANCHEZ. Todavía no ha adquirido suficiente fama para ganarse un apodo. Jefe de algo llamado PSOE que años atrás fue la Oposición, una oposición maquillada, casi afectuosa en tiempos de su último jefe: Rubalcaba. Hoy es un pobre recuerdo de la historia contemporánea que se sostiene gracias a una historia de tropelías cometida por sus amigos socialistas y sindicalistas. Es el cuento de los EREs de Andalucía, una pedrada dialéctica que les disparan los Populares cada vez que se saludan.

Cual promesa electoral, el PSOE esgrime la falacia de ser el portaestandarte fidedigno del socialismo, independientemente de que se haya burlado de la clase obrera a más y mejor.

ALBERT RIVERA, bautizado por el PP como El Naranjita. Un catalán que inició su carrera política mostrando su humanidad desnuda en carteles colgados por Barcelona. Parece haber funcionado el mensaje, quizás porque al no llevar bolsillos sugería que no tendría donde meter lo robado. Buena señal. Con su movimiento Ciutadans, Ciudadanos en el mercado de exportación español, está dejando huella. Este chico inteligente podría arrebatar al bipartidismo hasta un 20% de los votos, nada despreciable en un mercado que arañará hasta la última papeleta en el próximo domingo electoral.

Albert promete un gobierno limpio. Claro está que Rivera nunca ha dispuesto del Tesoro Nacional, por lo que es difícil prever su reacción cuando se halle ante semejante montón de euros.


PABLO IGLESIAS, el Coleta. Profesor universitario de hablar pausado, figura televisable y lengua viperina. Capaz de cualquier truculencia política que, unida a su falta de escrúpulos, le ha permitido desbancar a la Izquierda. Experto asesor político de procesos deshumanizantes y depositario de favores concedidos por gobiernos bolivarianos y musulmanes de corte radical. Ha sabido congraciarse con amplios sectores de la población desfavorecida, casi toda la población de España, que se siente identificada con los insultos que este héroe de tiras cómicas lanza a la casta de ratas y ladrones. Iglesias es el nuevo Sandocán que promete cortar cabezas y conquistar mundos ignotos para saciar el hambre de aventuras de sus seguidores.

Asegura ser partidario de la autodeterminación  de los pueblos, aunque nadie en Cataluña ni en el País Vasco cree en tales indefiniciones. Nunca se ha sentado a hablar con los catalanes y de los vascos únicamente ha tratado con los héroes de ETA.

LOS demás CANDIDATOS no cuentan. Se reducen a una mujer de la tercera edad que sigue creyéndose Juana de Arco, un joven dirigente de la izquierda pasada de moda que pretende rescatar el comunismo moderado y un neo fascista que sigue añorando con el regreso a los años felices de los fusilamientos franquistas. Con estos personajes de película cómica,  comparsas de un teatro oprobioso y estéril, se completa el cuadro de la política española actual.


¿Quién ganará la contienda? ¿Qué pactos se cocinarán para favorecer a uno de los perdedores? Da igual, al final todos perderemos porque España ya está rota. Desde hace más de 300 años la Península ha estado siendo ordeñada por el Club Borbón, un hatajo de cortesanos vividores, los sinvergüenzas que acompañan a los Borbón para desangrar a los pueblos. Solo Francia supo qué hacer con ellos, pero los españoles no han podido seguir el ejemplo porque los militares, al revés que los franceses, traicionaron al País. 

El único consuelo que le queda a España en este proceso electoral sería que ganase un candidato distinto al jefe de los ladrones que mandan ahora y que el nuevo Gobierno metiera seguidamente a esos miles y miles de sinvergüenzas a la cárcel. Pero eso no pasará, entre otras razones porque no cabrían. 
A mediados de 2016 comprobaremos que el futuro no será el que habíamos soñado porque los desahucios seguirán estando de moda, los banqueros continuarán estafando a sus clientes, los chulos explotando a las putas, los obispos violando niños, los políticos extorsionando a contratistas, los jueces cuidando el puesto, la policía vendiendo sus servicios y España al servicio de los Borbón y su corte.

Lo siento por los que todavía albergan sueños de una vida mejor.