viernes, 22 de julio de 2016

BESOS TRAICIONEROS


Para evitar confusiones advertimos que a pesar del encabezado de esta columna, no vamos a referirnos a los culebrones de la tele, ni tiene que ver con los temas melodramáticos salpicados de sorprendentes cambios sociales que mentes calenturientas pretenden vendernos cual temas de la vida real. No se refiere a la sirvienta que, tras prolongado y humillante trato en un palacete de la alta sociedad, descubre ser la heredera de la fortuna de sus opresores. Tampoco trata del mafioso miserable que pasa por ser un respetable benefactor de la sociedad. O quizás Sí, porque hablaremos de eso precisamente, de malhechores que se disfrazan de políticos para pedirnos el voto asegurando que trabajarán por nuestro bienestar. 

“BESOS” tiene que ver con la última columna de este blogg: “El que Quiere Besar Busca la Boca” y “TRAICIONEROS” se refiere a la actitud altanera de muchos políticos españoles que, amparándose en ese vicio aberrante llamado secreto del voto, traicionan a sus electores vendiendo sus decisiones cada vez que se les presenta la oportunidad. 

Es tan común la traición del voto, que en días pasados uno de esos tipos que viven de la política desde la profesión de periodista, Eduardo Inda para ser más exactos, sugería que para que Mariano Rajoy fuese elegido Presidente, podría recurrir a varios Diputados del PSOE para que vendiesen el voto en favor del P.Popular. Como el voto es secreto, explicaba, nadie podría acusarles por tal villanía. Además - decía - no sería la primera vez.

Hablemos de cada tema por turnos:

BESOS:
Mariano Rajoy ha empezado a ofrecer sus besos, en el concepto político se entiende, para sumar parlamentarios que apoyen sus aspiraciones a la Presidencia de España. Lamentablemente nadie quiere besarle, ni siquiera estar cerca de su boca. Alguno ha amenazado con recurrir a la violencia extrema si fuese obligado a besarse con Rajoy ¿A qué podríamos achacar tan rotundo rechazo? Según parece Mariano sufriría de halitosis (política), término específico que identifica en el mundo médico lo que el vulgo conoce como “boca podrida”. Sus síntomas son el aliento apestando a vómito y en ocasiones a retortijones de mierda fermentada y claro está, los candidatos a recibir sus besos saltan en retroceso nada más sospechar sus intenciones. 

Mariano trata de disimular este inconveniente tapándose la boca, como pudimos constatar en su cita con Pedro Sánchez, de PSOE, pero su invitado logró mantener la distancia. Igual sucedió con Pablo Iglesias primero y con Albert Rivera después, éste último desoyendo la llamada del Presidente cuando pasaba a su lado. Ver fotos a la izquierda.

Los cuatro años pasados en La Moncloa afectaron el aparato político digestivo de Mariano. De tanto abusar de los frutos de la prepotencia, desarrolló una especie de podredumbre crónica interna, un mal denominado “Dictadorytis aguda”. Deberá pasar muchos meses tragando pastillas de humildad y sopitas democráticas hasta superar sus males.



TRAICION:
En las votaciones generales de España el voto es secreto COMO DEBE SER y también es secreto en muchos actos de los políticos electos, COMO NO DEBERIA SER. Gracias al secretismo del voto, los votantes son traicionados habitualmente por sus representantes, porque los políticos venden sus decisiones secretamente. La traición la ejercen de manera tradicional contra sus votantes y de manera excepcional contra sus propios partidos, un hecho calificado de perverso en el mundo político y a sus protagonistas tránsfugas.

Esta semana precisamente, una de esas ventas de votos fue protagonizada descaradamente por dos partidos, uno vasco y otro catalán. Ambos aportaron secretamente sus votos para que el P.Popular se quedase con la Presidencia de la Cámara de Diputados. Precisado por los periodistas sobre este tema cuando salía del despacho de Rajoy, el Diputado Francesc Homs replicó que nadie le podía probar que hubiese votado por el P.Popular, porque el voto es secreto. Dicho lo cual se precipitó hacia el baño cercano donde unos periodistas le oyeron vomitar.

Esperemos que los votantes del partido político de Francesc Homs, aunque no puedan probar su traición, la recuerden en las próximas elecciones.