sábado, 3 de noviembre de 2018

INQUISICION ESPAÑOLA, SIGLO XXI


La tristemente célebre SANTA INQUISICION española, fue eliminada por orden expresa de Napoleón Bonaparte en 1808. A pesar de ello, el restablecimiento de los Borbón en el trono de España dio pie a que fuera restablecida, no ya con la Orden Dominica, sino bajo jueces obedientes a los bajos intereses del Poder. En el siglo pasado Francisco Franco continuó la práctica del terror mediante un Poder Judicial más sofisticado aunque igual de servil y perverso, que empleaba sentencias pre-impresas para resolver juicios con encarcelamientos y fusilamientos. A estas fechas el sistema sigue vigente, si bien la pena de muerte está prohibida por la Unión Europea. 


La nefasta Inquisición fue inventada por la Iglesia de Roma a finales del primer milenio aunque no fuera implantada hasta 1478 por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, que encontraron es esa vieja Bula Papal el instrumento perfecto para el sometimiento de sus siervos en Castilla y territorios conquistados. Bien sabido es que la Inquisición, siempre al servicio de la realeza, se valía de tormentos y sacrificios contra antagonistas de sus amos y gentes del populacho, consiguiendo así mantener el terror para asegurar el sometimiento voluntario de las masas. 

En un principio las torturas y asesinatos habían sido cumplidos por el Tribunal del Santo Oficio, administrado por los Dominicos.Aplicado bajo el pretexto de asegurar la ortodoxia en la fe católica, perseguía fines más mundanos: asesinar posibles opositores, callar voces altisonantes, robar bienes y propiedades y con frecuencia creciente satisfacer las pasiones sexuales y criminales de monjes y potentados.

Algunas ilustraciones que vemos en esta página no alcanzan a mostrar la crueldad espantosa que sufrían quienes caían en manos de la Inquisición: aplastamientos, horneado lento en vida, ataúdes y sillones con clavos, extractores mecánicos de órganos y finalmente la muerte en la hoguera o por la sierra. Franco creyó más higiénico y estético el uso del garrote vil y los fusilamientos, métodos que modernizaron los asesinatos con fines políticos.

Latinoamérica también sufrió la presencia de los dominicos. Allí sus víctimas debía agregar el viaje hasta la Madre Patria a la lista de torturas. Ese viaje empezaba en su pueblo o ciudad natal, donde las víctimas eran encerradas en jaulones de hierro de cuatro codos (42 cm por codo) y mandados en carretas hasta el puerto más cercano. Allí los dejaban en el suelo a pleno sol, lluvia y pedradas hasta que algún galeón los izaba hasta la punta de una verga (para que sus deshechos no ensuciasen la cubierta) y los llevaba a un nuevo destino ¿Alimentación? Pan y agua cuando alguien se acordaba del miserable. Semanas después llegaban a Cuba o La Española (hoy Puerto Rico) y eran enviados en otro galeón colgando de otra verga hasta Sevilla, donde "empezaría" su verdadero calvario hasta morir por la voluntad de Dios.

Un martirio equivalente está aplicando en estos momentos la Inquisición Española moderna, llamada Poder Judicial, a los rehenes catalanes: traslados en martirizantes furgones con asientos de hierro entre Castilla y Cataluña, alimentación a base de pan sucio con algo mantecoso y agua, martirizados con manillas de hierro y encarcelamiento junto a criminales de toda índole. Este maltrato se incrementará con el acercamiento a Madrid para el procesamiento.

¿A que se debe tanto maltrato? La Fiscalía no quiere que puedan concentrarse en el juicio, que escuchen a sus acusadores ni entiendan las preguntas. Los necesita cansados, hambrientos, acosados y desesperados, para que la TV española exhiba desechos humanos y el triunfo de la Justicia sobre el Mal. Es la Inquisición en su nuevo papel justiciero.Yo que conozco alguno de esos héroes, sé que será difícil doblegarlos, jamás admitirán males que no han cometido y no pedirán tregua ni cuartel. Están cumpliendo sus promesas al electorado: librar a Cataluña del yugo español.


Lo que no alcanzan a entender los justicieros españoles y sus mandantes, es que estamos en el Siglo XXI, que Internet ha unido al mundo y su prensa tarifada ya no puede inventar la verdad y cuando lo hace, nadie le cree.
En este siglo los Pirineos ya no protegen al Gobierno español de observadores extranjeros y de la justicia europea. Desde Ginebra, Berlín, Edimburgo, Bruselas y Estrasburgo, nos están mirando y la Comisión Europea ha encargado al Comité de Derechos Humanos la labor de observar y evaluar el juicio a los líderes catalanes. La justicia española ya no goza de libertad de criterio ni impunidad de acción, ya no puede inventar crímenes, improvisar procedimientos ni asociarse con el Opus Dei y Vox para impartir "justicia" inquisitorial porque existe un Tribunal Internacional que pone orden en última instancia.


Existen antecedentes para creer que las sentencias contra los líderes catalanes ya han sido impresas y que la influencia del Opus Dei, por uno de sus miembros en el Jurado, y de Vox y PP en otros tres, será determinante. Pero sus decisiones serán revisadas en Estrasburgo y desde allí llegará la luz.

Los líderes catalanes, a diferencia de la chusma que manda en Madrid, son gente dispuesta a sacrificar sus vidas y su libertad por la independencia de su patria. Eso prometieron cuando pidieron los votos y eso están cumpliendo desde la cárcel. Otros, en el exilio desde mediados del 2017, están al frente de una campaña mundial educativa. Carles Puigdemont, President de Catalunya, dirige las acciones en la Capital de Europa y ya es evidente que la tortilla no solo se ha dado
la vuelta, se ha movido de sartén.


Agradezco a partes iguales no haber padecido el horror de caer en manos de la Inquisición española y la oportunidad de participar en el cambio más significativo de la Historia de mi patria ¿Qué pasará luego con España? Confieso que no me importa. Si los españoles siguen manteniendo a los Borbón  o los echan, si continúan soportando las mafias políticas y la Banca me dará igual. Me importará poco qué hagan con los jueces del Opus Dei y Vox, si los enjuician, echan a la calle o condecoran y tampoco me preocupará si ese país sigue floreciente o se derrumba. Únicamente me preocuparía que algunos familiares y amigos españoles sufran las consecuencias de la separación, pero...

lunes, 29 de octubre de 2018

CHAPUCERIAS OLIMPICAS


El empeño manifiestamente sostenido del independentismo catalán es digno de admiración, al menos para mí. Podemos adversar las ideas, criminalizar a los catalanistas más entusiastas como ha hecho el Estado y encarcelar a sus dirigentes políticos y sociales, pero nada ha logrado desanimar a los luchadores pacíficos del "proces". 

Es evidente, inclusive para las espesas entendederas de los sucesivos Gobiernos de España, que Cataluña está ganando esta guerra de independencia. Ni las amenazas y hordas criminales enviadas desde Castilla, Andalucía y Aragón para destrozar cabezas han logrado frenar la actividad independentista en Cataluña. Me parece que Madrid debería empezarse a se preguntar ¿POR QUÉ?

Personalmente yo no era independentista hasta 2006, cuando mis afectos a España sufrieron un desengaño y en 2010 el discurso patético del Gobierno Español me unió al proceso catalán ¿Les suenan estas fechas?


En el 2006 escuché a un Diputado del PSOE, Alfonso Guerra,  vanagloriarse del "cepillado" que le habían dado al Estatut de Catalunya tras la aprobación del Parlament y ese mismo año otro Diputado, Mariano Rajoy del PP, dedicó su partido a boicotear los productos catalanes y exigir al T.Constitucional de PP que anulase el Estatut aprobado por el Congreso. . 

En el 2010 el Tribunal Constitucional, en clara obediencia a su partido, el PP, practicó la limpieza anal con el Estatut. Literalmente se limpió el culo con la voluntad de los casi cinco millones de catalanes que habíamos aprobado el Estatut en referendo.

Durante los 6 años de Mariano Rajoy en la Presidencia, el Gobierno no movió un dedo para resolver el conflicto y dejó  que se recalentase hasta explotarle en las narices. A lo largo de 6 años ni siquiera trató de acercar posiciones. Sus "NO" rotundos, al mejor estilo imperial fueron característicos, al mismo nivel que su corrupción.Hoy en día ya está claro para muchos dirigentes españoles pensantes, que en la primera década del Siglo XXI cometieron chapuzas que no podrán ser revertidas, aunque los chapuceros hayan seguido haciendo de las suyas en Madrid. 

Más recientemente, tras negarse a aceptar el referendo y jurarle a España que la consulta popular en Cataluña JAMAS se realizaría , los hombres de "la secreta" y Guardia Civil dedicaron semanas a la búsqueda de urnas, confiscaron papeletas y material electoral, allanaron medios de comunicación, amenazaron sin reservas y un chapucero andaluz de apellido ZOIDO, envió un contingente de 12.000 criminales disfrazados de agentes del orden  para agredir a cualquiera que pretendiese votar el 1º de Octubre. Algunos entendidos aseguran que fueron 16.000 "Piolines" que costaron 82 MM €.


A pesar de tantos registros, confiscaciones, promesas y juramentos, los centros de votación se instalaron el 1º de Octubre con listas de votantes y las urnas, que habían estado guardadas cerca del cuartel general de la fuerza invasora. Ese día aparecieron por arte de magia y los centros se llenaron con millones de votantes que habían hecho colas desde el amanecer. Ese día todos los que habían asegurado la incapacidad intelectual de los catalanes quedaron en ridículo.

No hay chapucero que acepte serlo, de modo que la enana siniestra dió la orden desde La Moncloa de atacar a los votantes. Esa mañana, sin importar las cámaras y reporteros de más de 50 países, las hordas invasoras agredieron a los votantes dejando un reguero de sangre en las escuelas y calles de Europa. Su único mérito es haber dejado un lema en el corazón de Cataluña:

NI PERDONAMOS NI OLVIDAREMOS.

Para chapucerías olímpicas las que protagonizó el Canciller Alfonso Dastis explicando ante las TV europeas que los "votantes eran criminales y  los agentes del orden no habían agredido a nadie". "Fue un gesto modélico de convencimiento, para que los catalanes agresivos se retirase a sus casas", repetía ese chapucero mientras las pantallas a su espalda proyectaban escenas de las bestias repartiendo porrazos a los abuelos y atacando mujeres indefensas que levantaban las manos abiertas tratando de disuadir los ataques.


Desde entonces las chapucerías se han multiplicado con el encarcelamiento y judicialización de los dirigentes políticos y sociales catalanes.. Para esta labor miserable han habilitado jueces destacados gracias a la trapacería judicial española, gente sin escrúpulos que inventan crímenes y pecados a gusto del PP para agradecer sus nombramientos. Han encarcelado hombres y mujeres honorables y han enviado requisitorias internacionales de captura contra los que están en el exterior. Las requisitorias han sido chapucerías burdas, todas rebatidas por la justicia de Alemania, Bélgica, Inglaterra y Suiza y con frecuencia empleadas en programas cómicos sobre ese país más allá de los Pirineos. 


Mientras tanto los supuestos criminales han cumplido un año en "prisión preventiva" sin haberles formulado cargos ni sentenciado y Europa se pregunta ¿Qué pasa en España? ¿Ese país respeta las reglas de la democracia? Era de esperar que la Eurocámara reaccionara y por ello acaba de dictar órdenes contra el fascismo que rige en España en forma tan descarada.

Recientemente una Ministra del PSOE señalaba que una vez sentenciados, los "criminales catalanes" podrían pedir el perdón y quedar en libertad. O sea que la Ministra ya sabe que serán declarados culpables a pesar de que las pruebas son manifiestamente inventadas y que en Europa no se sostendrán. Por su parte Josep Borrell sigue haciendo chapucerías en su empeño de exigir al Parlamento de Inglaterra que no hablen del tema catalán y uno de sus antecesores recientes, García-Margallo, acaba de hacer público que España "compró la voluntad de varios países europeos" para que no apoyasen las aspiraciones de Cataluña.

Son tantas las chapucería de España, sus jueces corruptos y ministros improvisados, que al final resultará que los héroes de la Independencia de Cataluña no seremos los catalanes y sus dirigentes sino el Gobierno español. Sería inadmisible que en el monumento a la Independencia que sin duda levantaremos, en vez de Puigdemont, Cuixart, Junqueras y Forcadell, veamos las efigies y agradecimientos a Rajoy, Lesmes, Llarenas, Zoido, Saenz, Sánchez, Dastis y Borrell. Desde luego sería una injusticia histórica.