martes, 13 de mayo de 2014

PROFILAXIS POLITICA ESPAÑOLA

Lo de la fulana que mataron a tiros en León parece un programa cómico de mal gusto que mostraría a un pescadero tramposo pretendiendo vender por freso un calamar que lleva 8 horas pudriéndose en el patio de la pescadería.


En el teatro de operaciones de León conocían a la fulana como beneficiaria de una docena de cargos oficiales, aficionada a la malversación de dineros públicos, autoritaria sin límites y para colmo, más fea que pegarle a la madre. Quizás ello explicaría por qué era odiada por todos aquellos que tenían que tratarla. Naturalmente sus colegas de profesión y malos oficios pretenden hacernos creer que se trataba de una dama virtuosa, amiga fiel y protectora de los pobres, aunque no explican por qué la fusiló (aparentemente) una de sus amigas y compañera de partido. Solo faltaría que el Gobierno pretenda culpar del hecho a la supuesta crispación en Cataluña.


Seamos francos. Descartando los ladrones profesionales que viajaron a León para tomarse fotos con caras compungidas, la mayoría de los que pasaron a ver el féretro solo querían sentir la satisfacción de verla estirada y muerta y si podían, escupir en su cara. Eso es lo que yo habría hecho porque odio a los vividores y abusadores de oficio, sean mujeres u hombres, de derechas o izquierdas, grandes o enanos, blancos o negros. 

Viéndolo bien, esta muerte debería considerarse un acto de limpieza social. Claro que, si de mi hubiera dependido, habría escogido a otra reina de belleza. Cual beneficio adicional a la población señalamos que durante dos días los partidos políticos nos librarán de sus sesiones de mentiras, esos actos sagrados, según González Pons. Ante tales ventajas ¿quién podría dejar de desear que se repita el libreto?

Una última reflexión. Si tanto llama a duelo la muerte de una mujer como esa ¿por qué los políticos son tan insensibles ante los asesinatos diarios que asolan nuestra sociedad? ¿Por qué no les duele la mujer acuchillada por su marido en Mataró, el chico acuchillado en Vallecas o el que se suicidó en Málaga porque Caja Madrid lo estafó y encima los desahució del piso? La respuesta es obvia:  Su colega era política y los demás somos mierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario