lunes, 23 de junio de 2014

LA FALTA DE APLAUSOS DE ARTUR MAS



Seguramente ARTUR MAS, Presiden de la Generalitat de Catalunya, haya sido la persona más criticada durante la semana pasada. A pesar de que los análisis sobre el discurso de Felipe VI ocuparon tanto espacio como el descubrimiento de la Penicilina y que los comentarios del color de las bragas de Leticia fueron temas obligado en TODOS los programas de opinión,  nada llenó tanto de satisfacción a los medios de prensa madrileños como las críticas e insultos a Artus MAS por su falta de aplausos al discurso real. 


Desde su letrina particular, la oligarquía madrileña y sus órganos de prensa, con los reyes de la infamia a la cabeza, se han pasado esta semana manoseando y barajando un solo tema: "La falta de respeto y educación de Artur Mas". Entendemos que le habrían criticado aún si hubiera aplaudido, ya fuere porque le notasen falta de entusiasmo, o porque su entusiasmo excesivo denotase hipocresía. Le hubieran criticado igualmente por apoyarse más en su pié izquierdo o porque una paloma hubiera descargado un gallinazo sobre la cabeza de Leticia en su paseo madrileño. 


Entiendo que estemos casi obligados por conveniencias sociales a aplaudir algunas representaciones artísticas aunque no sean de nuestro agrado, que demostremos solidaridad aplaudiendo al paso de algún fallecido de la política al que hayamos deseado su muerte o que aplaudamos el triunfo del equipo contrario por razones de deportividad. Pero de ahí a que nuestra máxima autoridad apruebe con su aplauso una exposición política de intenciones que juegan contra nuestro país va un largo camino. Y es que el discurso de coronación de Felipe VI no pasó de ser una lectura bien pronunciada del texto preparado por la oligarquía madrileña para advertir a los siervos de España, incluyendo a  los habitantes de las colonias catalana y vasca, del futuro servil que se espera de ellos.

Seamos sinceros: Felipe VI no será mejor que su padre, igual que este no evolucionó más allá del político de oficio ancestral a quien Franco encomendó la tarea de cuidar la herencia económica e inmoral de sus partidarios. El reinado de Juan Carlos I fue económicamente engañoso y moralmente oprobioso, como lo demuestran las prisas que la oligarquía y sus sirvientes políticos demuestran para blindar jurídicamente al viejete y evitar que pudiera tirar de la manta.



Artur MAS no aplaudió porque el discurso de Felipe VI no lo merecía ni de lejos. Entiendo el deseo que debe de haber sentido el líder catalán por levantarse y salir del Parlamento mientras el nuevo Soberano hablaba de las víctimas del terrorismo (ETA) sin recordar los más de 200.000 asesinatos del franquismo después de 1939, entre ellos ePresident Lluis Companys.  Debió de haber sentido sus tripas revolviéndose cuando el orador hablaba del respeto a las culturas que "conviven" en España mientras su familia y Madrid siguen luchando descaradamente por exterminarlas a cualquier costo. MAS solamente debió sonreír cuando el nuevo Rey mencionó al Quijote y su parlamento sobre los hombres comunes versus los excepcionales, porque ciertamente en su discurso, Felipe VI no pasó de repetir el mismo rosario de ideas retrógradas y demostradamente falaces que han aplicado sus antecesores y cortesanos durante 300 años. 


Personalmente también me alegré de que MAS no haya aplaudido al monarca por dos razones puntuales:

  • Felipe VI asistió a su coronación rodeado con la hez política y social de España, ese hatajo de ladrones que la han ordeñado hasta sangrar durante tres siglos.
  • Mientras pronunciaba el discurso y hablaba de concordia, sus fuerzas represivas cumplían sus órdenes previas y agredían a todo aquel que discrepara de sus ideas, reafirmando así su concepto totalitario de la política.


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