miércoles, 8 de junio de 2016

ANTE LA TRAICION DE LA CUP




Como residente de Manresa, independentista convencido y miembro de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), es comprensible que en los comicios catalanes de Junio votase por la CUP, aunque pocos días después la contrariedad me asaltase ante el lenguaje empleado por esa fuerza electoral en el Parlament y las trabas interpuestas para bloquear la formación del Gobierno de Cataluña. 


Su exigencia de cortar la cabeza de Artur Mas me pareció inaceptable, grotescamente irreverente, ante la importancia que este personaje ha venido desempeñando en el proceso independentista catalán. Tal proceder me llevó a una decepción que no había esperado. Que esos "chicos" buscasen notoriedad para justificar los votos recibidos en su estreno político, no justificaba tales desmanes. Por fortuna Artus Mas sigue estando activo en nuestra historia, reconstruyendo el tejido político de Cataluña y preparándose para volver al primer plano del catalanismo.


Tras varios meses de calma inestable en la CUP desde que por fin se pudo constituir el Govern, sus Diputados han sucumbido a la histeria colectiva malinterpretando el poder que les habíamos otorgado. Nuevamente han actuado en contra de los intereses de Cataluña traicionando a conciencia las esperanzas de bienestar de los más débiles. 
Olímpicamente, en un gesto propio de niños malcriados o de imbéciles irresponsables, los Diputados de la CUP han rechazado TODO el Presupuesto a priori, sin importarles qué partidas deberían aprobar o adversar, cuáles discutir ni a quienes estuviesen perjudicando. Prefirieron impedir el beneficio político que pudiera cosechar el Gobierno de Carles Puigdemont con un Presupuesto que favorecía abiertamente al proletariado y de paso, dejar a la Generalitat con el culo al aire. 


Ha reaccionado acertadamente el Presidente Puigdemont cortando relaciones con ese hatajo de cretinos engreídos. Meses atrás ya me sentía arrepentido con el voto que les dí en Junio; hoy desearía que los progenitores de esa chusma no hubieran nacido, ahorrándonos así la imagen de nuestros sueños tirados a la basura, el esfuerzo que millones de catalanes hemos desplegado durante 4 años en pos del proyecto de progreso, justicia y libertad para nuestros hijos.


Más grave aún que oponerse por capricho al Presupuesto, lo constituye la pérdida de los recursos que el Vicepresidente Oriol Junqueras, socialista convencido y practicante, había destinado para rescatar al sector más desfavorecido de la sociedad, con incrementos notables en todas las partidas que la CUP hubiera podido aspirar: mejoras cualitativas y cuantitativas en educación, sanidad, ayudas sociales, bomberos y el programa de presencia internacional de Cataluña. En conjunto estamos hablando de casi de Mil Millones €. Todo ese dinero se ha perdido porque unos "niños caprichosos" han montado una pataleta irracional. Traiciones  como estas contra el pueblo catalán son naturales y esperadas del Partido Popular y de Ciutadans, pero inimaginables en quienes se vanaglorian de catalanistas y defensores de los más humildes.




Solo me queda confiar en que los catalanes habremos tomado nota de esta traición. Esperemos que aquellos incautos que nos equivocamos dando nuestros votos a la CUP en 2015, no volvamos a dejarnos engañar y que ese ensayo político incongruente e imprevisible, desaparezca del panorama electoral de Cataluña antes de las próximas votaciones.

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