EL ARTE DE ORDEÑAR CADAVERES

El Comandante sosteniendo
su espíritu, que después
revolotearía sobre Maduro

Que nadie se alarme ante el título de este capítulo. Ordeñar cadáveres ha sido una práctica largamente practicada por los políticos y religiones del mundo. De ahí viene el negocio de las reliquias, los dedos de San Petardo, los pelos de Santa Cosa, el prepucio de San Quitichí o las 128 toneladas de astillas de la Santa Cruz.

El ordeño de un cadáver contemporáneo habría tenido lugar en una ex colonia española, Venezuela para ser precisos. En ese paraíso tropical gobernado por dos organizaciones dedicadas a la comercialización de cocaína, el cartel Los Flores y el cartel Los Soles, ordeñaron sin pausa durante 3 meses el cadáver de un cáncer con fisonomía humanoide al que llamaban Hugo. Pasados 4 años, lo siguen ordeñando y los más asombroso, sigue destilando cáncer.

Aquel que sus admiradores conocían como El Comandante y su madre llamaba Huguito, murió sin permiso de Fidel Castro a finales de Diciembre de 2012 en La Habana. El Comunismo caribeño no podía permitir que Huguito muriese fuera de su país y mucho menos sin haber terminado de resolver el nombre del sucesor. Así pues fue necesario sacarle provecho al cadáver, manteniéndolo refrigerado y escondido desde Diciembre de 2012 hasta Marzo de 2013, en lugar desconocido. 

Durante ese tiempo el Director de Orquesta Fidel Castro, sin consultar con los trompetistas Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, decidió que el sucesor de Huguito fuera el consorte de la Jefa del Cartel Los Flores, un chaburro manejable y obediente. También tuvieron tiempo para preparar las escenas de duelo y sacar del sombrero un ataúd con el cadáver ya ordeñado y deshidratado, para que no pareciese el cerdo que había sido, de manera que su desconsolada madre y seguidores guardasen buen recuerdo de Huguito.

Quienes piensan que Pablo y Juan Carlos participaban
en las campañas de Venezuela para disfrutar hundiendo
 aquel pueblo en la miseria, se equivocan. Ellos solo lo
hacían por dinero.

Entre los dolientes al entierro estuvieron sus ordeñadores en vida, Pablo y Juan Carlos, avalados por La Habana como escritores y expertos políticos españoles, que le habían asesorado para crear los Círculos Bolivarianos, arrasar la Oposición, crear organizaciones de milicianos asesinos y llenar las cárceles con demócratas miserables.  

Han pasado ya 4 años y el cadáver de Huguito sigue siendo ordeñado sin pausa, robando en su nombre y vendiendo millones de imágenes, retratos, estatuillas, memes y recuerdos Made en China. Y naturalmente, traficando cocaína a los cuatro vientos desde los hangares y con aviones del Palacio Presidencial de Caracas, tambiín protegidos con imágenes de San Hugo. 

La presencia acelerada de Nicolás Maduro en La Habana responde precisamente a este renglón de la política venezolana:  tratar de acojonar al Juez de Nueva York que tiene en salsa a su ahijado y su sobrino, miembros del cartel Los Flores dirigido por la Primera Dama y su familia. 

En la foto a la izquierda observamos a Efraín Campos Flores y Franqui Flores Freitas,  sonrientes junto a su padrastro y tío, el President  Nicolás Maduro, cuando vivían en el Palacio Presidencial y disfrutaban de la inmunidad que les brindaban sus pasaportes diplomáticos para traficar con cocaína en los aviones del Gobierno de Venezuela.

Esos héroes de la Robolución Bolivariana, fueron cogidos in fraganti por la DEA mientras intentaban meter 980 kilos de cocaína a los Estados Unidos. Este viernes 26 de Noviembre fueron declarados CULPABLES y están esperando sentencia. Mientras tanto siguen disfrutando de vacaciones pagadas en la cárcel de Rikers Island donde los tienen guardaditos. Allí no pueden meter coaína, solo recibir amor, mucho amor.

Otro cadáver al que han ordeñado intensamente en estos días es el de Rita, pero no la Cantaora, sino la Lavadora. Se trata de un cadáver valenciano. Todos sus amigos la querían muerta, desde Casado a Soltero, del Marotto al Maritto. Hasta sus amigos de los Madriles la querían muerta y la mataron. Pobrecita, tan buena que era ella, tan amable y elegante, tan sexy, tan...

Como podemos observar, las lágrimas de los asistentes al
funeral de Rita no les permitían mirar al ftrente.

Y una vez sabida la existencia del cadáver, empezó el ordeño político acusando a los opositores de su muerte, a los socialistas, anarquistas y transformistas, las televisoras, los diarios, los chinos de KunFú, las bailarinas del Caúcaso, dos esquimales, un pingüino verde, el León de la Metro, Mickey Mouse... todos ellos culpables por la muerte de la heroina, la Juana de Arco del Partido Popular, Diosa de la Democracia, protectora de los pobres y salvadora de las putas.  

En el funeral de Rita pudímos ver un mundo de llorosos, compungidos porque no se había muerto antes, justo en medio de una campaña electoral, por ejemplo. Eran los mismos que hacía 24 horas la ignoraban para que no les contagiase de gonorrea o hemorroides. Entre todos los ordeñadores, nadie ha logrado expresar su dolor y señalar a los matadores de Rita con mayor énfasis que los notables habladores de sandeces e hipócritas profesionales conocidos como el Dúo Gonzo Pons y Rafi Hernándo. Vaya estilo que tienen estos tíos para retorcer la verdad hasta que parezca el rabo de un cerdo con mierda y todo. 

Pons y Hernando durante una
competencia de hipocresía y mentiras.
Quedaron empatados

Se comenta que las cenizas de Rita estarían siendo ofrecidas como reliquias a través de camellos especialistas del ramo. La oferta sería en bolsitas de 2 gr por 100 € que irían a parar las finanzas del PP, como siempre. No sería de extrañar que ese haya sido el último deseo de Rita, siempre dispuesta a financiar corruptos. Algunos pensadores sugirieron no cremar el cadáver para que rindiera más, pero ya se sabe, siempre hay gente escrupulosa, hasta en el Partido Popular. 

Este no es el féretro original del héroe, solamente una copia
rejuvenecida para satisfacción de sus siervos. Esta copia
se conserva en una nevera reacondicionada de Coca-Cola.

El último cadáver en la linea de ordeño está fresco todavía, o quizás no tanto. Se trata de Fidel, el super dictador cubano, cuya imagen está recorriendo el mundo para generar reacciones de buena fe entre los incautos. La subida del rating en la TV internacional generará subidas de cuotas y aumentará la facturación. Con el propósito de mejorar las ventas, los filósofos cubanos han adecuado la posición de las manos del cadáver para demostrar su bondad, el nivel piadoso de sus pensamientos y la inocencia espiritual del comunismo.

Imagen real del personaje tomada en
el momento que dictaba alguna de las
sentencias de muerte a las que tanto
se había habituado. Seguramente su
ascendencia gallega explica esa afición.

El ordeño del cadáver de Fidel ha sido planificado por etapas. La primera fue colapsar las redes de información y poner a Cuba en el primer plano mundial. En la segunda, cumplida este 28 de Noviembre, los habitantes de La Habana y otras ciudades han sido llevados cual ovejas al matadero, formando colas infinitas a la vista del mundo para desfilar llorando ante el féretro de su verdugo y, más importante aún, estampar su firma para aprobar el proyecto político miserable de la Cuba Comunista. Claro está que, tratándose de una democracia, el que no quiera llorar o firmar puede negarse y joderse para el resto de su vida.

Gracias a la prensa libre de Cuba, desconocemos la fecha de la muerte de Fidel. No se le ve desde hace tiempo, así que podrían haber repetido el truco de Huguito, conservándolo en hielo por un tiempo o sacándolo rápido, según convenga para hacerlo coincidir con una fecha dada, resolver los problemas de caja vendiendo derechos de transmisión a televisoras ávidas de noticias frescas o vendiendo los derechos de imagen a los chinos, como hicieron con el Che Guevara, para que inunden Occidente con llaveros, estatuillas, camisetas, gorras, fotos, zapatillas, tazas y hasta bragas, todos con la imagen de Fidel.   

SUGERENCIA: El cadáver de Rira también podría ser aprovechado para negociar sus derechos de imagen con los chinos. Así podrían robar menos.