Vuelve
a suceder: la furia española chocará contra el estilismo catalán, esta
vez en directo y ante los ojos del mundo. El choque tendrá lugar este 8 de
Abril, en la Cámara de Diputados de Madrid, a la que acudirán los
representantes del pueblo de Cataluña, tres Diputados del Parlament, Jordi Turull, Marta Rovira y Joan Herrera, que explicarán
a España sobre el amor de los catalanes por España y su gente, la admiración a
su cultura y al Español, su admiración por el cante jondo, las sevillanas
y la Giralda, sus amores y nexos familiares, la admiración de Cataluña por España…
Representando a los cinco partidos políticos mayoritarios, CDC, UDC, ERC, ICX y CUP, explicaán el interés de los catalanes por compartir el futuro y la deuda internacional española y les mostrarán una relación futura idílica para convencerles de que nos permitan celebrar una
consulta popular que esclarezca las preferencias de Cataluña en relación a su
estatus político, ya como colonia de España o como Estado
independiente.
Los diputados catalanes no representarán la voluntad del soialismo catalán a pesar de que la autodeterminación formase parte del ideario socialista. Quizás por ello lo mencionaron brevemente y apoyaron meses atrás, hasta que el Partido Popular les llamó al orden y como en otras ocasiones, los socialistas decidieron traicionar a Cataluña.
El
resultado de la reunión en el Parlamente Español ya está anunciado: los muy
nobles Diputados Españoles se darán gusto menospreciando a Cataluña, esa colonia peninsular que todavía les queda para cubrir gastos y
reponer desfalcos. Finalmente los enviarán de vuelta a las costas del Mediterráneo con el
rabo entre las piernas y la vergüenza tiñéndoles de rojo las mejillas. Es el estilo
histórico e inevitable de la Corte Castellana que tantas satisfacciones les ha
reportado y con el que han defendido el imperio heredado de Carlos V.
El
President de la Generalitat, Artur Mas, y su socio de Gobierno, Oriol
Junqueras, desoyendo las exigencias madrileñas, no acudirán a la cita parlamentaria por varias razones estratégicas:
1.
Los expositores del planteamiento catalán deben ser los representantes del
pueblo, NO de su Gobierno, para dejar claro ante el mundo que el independentismo
es una aspiración ciudadana, no un plan de algún político circunstancial.
2.
Impedir el previsible vejamen del President en el Congreso de España, que a su vez significaría una ofensa institucional a Cataluña. Para nadie es un secreto que los diputados del Partido Popular y el Socialismo español son gente
habituada al lanzamiento de detritus verbal cuando se trata de Cataluña, especialmente ambicioso en casos como el que se discutirá ese día.
3. Evitar una situación peligrosa, seguramente tumultuosa y con atentado físico, dentro o fuera del
Congreso, que pudiera organizar el Gobierno de Rajoy a modo de
despedida para los Jefes del Gobierno Catalán.
El 8 de Abril los representantes de Cataluña expondrán su
mensaje al Parlamento Español en primera persona y a los medios de comunicación
del mundo por rebote, medios audiovisuales que están pendientes del asunto “CATALONIA”, un tema de actualidad por múltiples razones, entre otras por su capital Barcelona y el
turismo, Montmeló y los campeones catalanes, El Prat como eje aeronáutico, los
múltiples reconocimientos urbanos, la Sagrada Familia, la cuna de Dalí y Gaudí, su productividad y marcas internacionales, el ejemplo Barça… Esa sesión del Parlamento Español
aparecerá con mayúsculas en todas las pantallas y periódicos del mundo y los líderes
occidentales tomarán nota de los razonamientos, estilos, insultos y estupideces
que surjan de cualquier bando.
En
definitiva, el 8 de Abril constituirá una trampa histórica en la que España
demostrará al mundo la degradación democrática que impera en su reino, sus
Diputados mostrarán lo mejor de su dialéctica esclavista y verbo grosero y
quizás, si la suerte lo permite, la Cámara estará dirigida por la señora
Villalobos, esa especie de vaca cuaternaria que confunde el hablar con insultar, la sensualidad femenina con el movimiento paquidérmico y el concepto parlamentario con ordenar e imponer.
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