lunes, 29 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ LA CLEPTOCRACIA MADRILEÑA SIGUE APOYADA POR 20% DEL ELECTORADO?



Me lo preguntan con frecuencia: a pesar de la desvergonzada banda de ladrones que manejan el Partido Popular ¿Por qué siguen contando con 20% de votos en España?
Lo cierto es que, sin importar el cúmulo de crímenes que cometió y continúa protagonizando el Partido Popular, sus Dirigentes seguirán contando con la masa de fieles seguidores que les ha permitido llegar al Gobierno en dos oportunidades y retener las prerrogativas que adquirieron durante la lejana Dictadura de Francisco Franco.  


Que Mariano sea mentiroso, cara dura y que haya apoyado por escrito a un ladrón confeso y en la cárcel, poco importa a sus votantes. Que los populares hayan hundido a los trabajadores en la peor ruina de la Historia a pesar de su promesa electoral de crear más de 3 millones de empleos en el primer año de gobierno, tampoco importa. Que hayan robado a TODOS los españoles para regalarle miles de millones de euros a sus amigos banqueros, solo constituye un chiste para sus seguidores.


A los votantes de la derecha no les disgusta que Aznar haya instituido la corrupción sistemática en el PP, com,o sería la distribución mensual de sobres con dinero negro proveniente de extorsiones. Tampoco pasa de ser un detalle sin importancia que Aznar le hubiese regalado Caja Madrid a un amigote para desfondarla y estafar a media España, ni que Rato haya continuado esa labor y magnificado la estafa cuando el Banco recibió miles de millones en rescate. 



Hoy podemos afirmar que las tarjetas de gastos ilimitados regaladas a más de 80 enchufados de Bankia tampoco importan a sus votantes. Podríamos pensar que haber dejado desamparados y en la calle a millones de trabajadores mientras Mariano Rajoy regalaba 45 MIL millones a sus amigos banqueros (1.000 € por cada español), traería descontento en sus filas, pero nos equivocaríamos de medio a medio, porque a sus votantes, oír que rescatan bancos con dinero del país equivale a saber que se lo están regalando a ellos. Para confirmarlo Rajoy ya ha anunciado que esos 45 MIL millones nunca serán devueltos al tesoro nacional porque los bancos rescatados siguen "quebrados".


Para comprender la poquísima importancia política de esta traición permanente, no debemos analizar la supuesta filosofía del Partido Popular sino las características morales de sus votantes, de esa gente que sale a la calle luciendo brazaletes de oro para defender los robos de su Partido y aplaudir a Cospedal, Blesa, Aguirre, Fabra, González-Pons y Floriano, como antes aplaudían a Luis Bárcenas y Jaume Matas. Se trata de la misma chusma que sale a la calle portando banderas de Franco y Falange, detritos humanos que viven con el fruto de sus robos y se enorgullecen de los símbolos nazis, los descendientes directos de asesinos franquistas que hoy siguen condecorando cual si fuesen héroes, a viejos criminales de la Dictadura. 


Son pervertidos que siguen organizando ferias por los lados de Madrid, para enaltecer los símbolos y matanzas del Tercer Reich y a Hitler, el carnicero del Siglo XX que ayudó a Franco a destruir la República. Son aquellos que, ya terminada la guerra, siguieron fusilando a cientos de miles de españoles y robando a sus familias hasta 1975.
Esas gentes del PP tienen sobrados motivos e intereses para actuar contra los pueblos de España. Sus antepasados cercanos, asesinos de corazón o por motivos económicos, se forraron robando propiedades a los republicanos muertos, a los exiliados y a los vencidos, apropiándose de sus casas, fábricas y bienes materiales hasta convertirse en los nuevos potentados de España. 

Gracias a sus padres, abuelos y al franquismo, buena parte de esos votantes incondicionales del PP tienen la vida resuelta para siempre. Así pues  ¿Qué pueden importarles los desahucios, los millones de hambrientos desempleados, los miserables que duermen en la calle, la destrucción de la educación y privatización ? Sus recientes preocupaciones, pocas por cierto, obedecieron al aborto de Gallardón, un tema que podría afectar a las hijas de los canallas. También se pusieron nerviosos ante el ébola de Mato, por miedo de que la enfermedad pudiera atravesar sus abrigos de piel. Los demás asuntos nacionales son temas despreciables que no pueden alcanzarles en sus villas, castillos y cotos de caza. Saben que el PP gobierna para ellos, de manera que haga lo que haga el PP, está bien hecho, aunque para controlar al populacho cabreado tengan que hacer uso libre de las armas y el terror, al estilo de Fernández Díaz. 


Lo que preocupa en estos momentos a la casta dominante y a sus lacayos, es el crecimiento galopante de Podemos. Por boca de Marhuenda, Rojo, Inda, Jiménez Ls, Espada y otras lagartijas del periodismo, podemos ver su desesperación ante la posibilidad de perder el Gobierno y ser sometidos a una auditoría moral y contable. Están aterrados de que alguien ponga orden en España y de que la población disfrute mejores oportunidades de supervivencia. El casi extinto PSOE, viejo defensor del pueblo, se vendió a sus propios ladrones y los de Izquierda Unida han tenido miedo a pelear en las calles como tocaba. Consecuencia: Podemos ha cuajado para ocupar el vacío que los demócratas han dejado en los sueños de la gente común. Nadie se preocupa de las promesas de Podemos, de su filosofía y plan de gobierno. No importa quienes sean sus Dirigentes ni de donde vienen, solamente ilusiona que no son los mismos que han gobernado hasta la fecha.


Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela jurando que freiría las cabezas de los dirigentes de aquel bipartidismo bananero. Quizás Iglesias, menos bocazas que su inspirador, podría prometernos que meterá en la cárcel a todos los que han robado, aunque para ello tuviera que construir campos de concentración al estilo del Tercer Reich, una modalidad que, por afinidad ideológica, habría realizado el Partido Popular para retener el poder.


Para desgracia de Venezuela, en 1998 la gran mayoría de su población estaba tan asqueada del bipartidismo criollo como lo están hoy los españoles del PPSOE. Creyendo que no podían existir peores gobiernos que los sufridos a los largo de 40 años de "cleptocracia criolla", los venezolanos se lanzaron al precipicio en brazos del chavismo. Roguemos que en España no suceda lo mismo y que el nuevo Gobierno, además de implantar elementos básicos de justicia social, desarme el entramado de privilegios, cleptomanía, favoritismos, componendas oscuras y desafueros que han hundido al país en la desesperación, ese estilo de gobierno que se ha ganado a pulso el calificativo de 


"CLEPTOCRACIA MADRILEÑA".


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