martes, 4 de diciembre de 2012

CON ILUSION EN EL FUTURO

Anoche escuché una frase que PILAR RAHOLA dejó caer mientras conversaba en 8TV con Josep Cunill. Esa frase me impresionó: "Ahora los catalanes tenemos ilusión en el futuro".

Es cierto, una verdad como un templo, al menos en mi caso, porque independientemente de que CIU haya perdido escaños ganados por las izquierdas, que el PSOE se haya desfondado en beneficio de las partidos defensores del colonialismo y que la unidad de los independentistas esté en el aire, la posibilidad de que mi patria sea libre me ha llenado de ilusión y dado fuerzas para seguir soñando.

Claro está que comprendo los peligros que acechan a Cataluña, casi todos externos, pero también internos. De puertas adentro, el peligro más notorio es la actitud de Josep A. Durán i Lleida, Secretario General del Partido de Gobierno y Diputado ante las Cortes de Madrid. La posición de este político es tan ambigua que parece opuesta a la independencia. Parece tan evidente su posición, que su correligionario y Alcalde de Vic, Josep Mª Vila D'Abadal,  lo ha denunciado públicamente y renunciado a Unión Democrática.

Tenemos enemigos internos evidentes, entre ellos los sectores financieros y productivos, permanentemente temerosos de sus haberes, que prefieren seguir cual esclavos bien mantenidos que  asumir el rol de empresarios libres productores de riquezas en su propia tierra.  Otros que presentarán obstáculos son los políticos que se dicen independentistas, si bien han estado y seguirán estando más interesados en su partido y la seguridad de un escaño, que en su patria y el bien común.

Por fuerza deberemos enfrentarnos al enemigo más peligroso, externo y con mil tentáculos, el Estado Español, un conglomerado humano poderoso, dueño tradicional del país y de sus colonias, libre de escrúpulos y dispuesto a cualquier acto con tal de mantener sus privilegios y prebendas. Se trata de gentes que han vivido del Poder desde años inmemoriales y que recurrirán, como ya lo han hecho, a cualquier estratagema para continuar manejando ese poder. Por fortuna, su estrategia ha demostrado ser anticuada e ineficaz. Anticuada porque es la misma que emplearon para asegurar la obediencia de todas las colonias de ultramar desde hace más de doscientos años. Ineficaz porque fracasaron una y otra vez hasta que el Imperio Español quedó reducido a la Península con Cataluña incluida y un par de retazos en Africa: Guinea Ecuatorial y el archipiélago de Las Canarias.

Mi ilusión radica en el convencimiento de que una vez lanzado el grito de LIBERTAD, la independencia es inevitable. Cualquiera puede renunciar a un bien material, a una amistad e inclusive a la familia, pero nadie renuncia a la LIBERTAD una vez determinado a alcanzarla. No en balde tantos millones de seres humanos han ofrecido voluntariamente sus vidas para ser libres o para que sus hijos puedan serlo. Comprendo que este párrafo pueda sonarle romántico a muchos, pero la Historia Moderna está llena de nombres que anuncian países inexistentes pocos años atrás y de colonias que hoy en día constituyen países de pleno derecho en todos los rincones de la Tierra.

¿Será necesario recurrir a la guerra armada para sacudirnos a España del cuello? No, absolutamente no. Solamente paciencia acompañada de determinación inexorable y mucha ilusión, sobre todo la ilusión de que nuestros descendientes heredarán un PAIS LIBRE.


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