martes, 30 de octubre de 2012

¿DE VERDAD NOS INTERESA LA UNION EUROPEA?

Acuciada por presiones sostenidas del Gobierno de España, la Vicepresidenta de la COMISIÓN de la UE habría opinado privadamente (no sentenciado) que de independizarse CATALUÑA, quedaría fuera de la Organización. De estas declaraciones se desprenden varias consideraciones elementales que debemos aclarar:

La Vicepresidenta no preside la Comisión Europea ni representa más opiniones que la suya, que en esta oportunidad fue dada mediante correspondencia privada y a título personal, tan personal como lo hiciera recientemente un ANIMAL en representación de Madrid, cuando declaró que el Gobierno Español debía tomar Cataluña por las armas.

la Comisión Europea es un cuerpo colegiado del que también forma parte el Sr. Joaquín Almunia, quien ha afirmado que, no habiendo jurisprudencia ni normativas al respecto, la escisión de un país no significa que una de sus partes fuese excluida del Organismo, porque formaba parte del mismo antes de su separación.

3º La Unión Europea no es realmente una unión de pueblos y personas. Fue constituida y sigue siendo una UNION de GOBIERNOS y de sus órganos. En consecuencia representa a esos Gobiernos y sus intereses. Kósobo no ha sido admitida dentro de la UE, porque cinco o seis países siguen vetando su ingreso cual  vacuna contra intenciones separatistas en sus propios territorios.


Debemos entender con claridad que el discurso del PP: "Salir de España significa quedar fuera de Europa" no pasa de ser otra de las frases desgraciadas que cocinan en su laboratorio de infamias. Cataluña podría quedar excluida de la UE, pero en ningún caso fuera de Europa, a menos que trasladasen nuestro territorio a otro continente o lo hundiesen en el mar. Somos parte INDIVISIBLE de Europa y así seguiremos hasta el fin de los siglos, a menos que la Madre Naturaleza (no el dúo PP-PSOE) decida otra cosa..

Deberíamos comprender que España empleará todos sus recursos para impedir nuestro ingreso al Organismo continental. Que Cataluña quedase fuera de la Unión Europea,  transitoriamente o a perpetuidad, no debería ser considerada cual una catástrofe, pues disfrutaría de las mismas ventajas y desventajas que Noruega, Rusia, Turquía y otros. Holanda y Suecia, por mencionar dos de los países de la UE, siguen debatiendo si permanecen o salen del sistema económico europeo. Suiza en cambio, con el sistema de gobierno más democrático de Europa, nunca se ha planteado ingresar al Organismo continental que la rodea, porque su aislamiento le rinde excelentes beneficios económicos.

Estar fuera de la UE no significa que cambiaríamos de moneda. Esa opción es optativa de cada país. Panamá, Ecuador y Argentina usan el dolar norteamericano, igual que Andorra y Montecarlo emplean el euro, el dólar y el franco suizo. Varios países del antiguo Commonwelth siguen utilizando la libra esterlina y Guinea Ecuatorial empleaba el franco hasta años recientes. De manera que en el aspecto monetario, pertenecer a la UE no es determinante para seguir empleando el euro.

El extrañamiento de la UE podría conllevar la necesidad de armar un ejército propio para repeler cualquier agresión de España por el Oeste y Francia por el Norte, aunque esta última posibilidad me parece desechable. Pero tener un ejército  retrógrado y costoso no forma parte de los planes catalanes. Sería preferible ingresar en la OTAN y pagar la cuota parte correspondiente. En ese organismo España no disfruta del derecho a veto.


Disfrutamos de otra opción equivalente y además gratis: pedir la protección de los Estados Unidos o Rusia mediante un Acta Formal de colaboración cívico-militar. No deberíamos excluir de este esquema a China, país con el que estamos realizando obras importantes en el puerto de Barcelona. Estoy seguro de que varias potencias se sentirían halagados ante la oportunidad de proteger a Cataluña y disponer de acceso directo al Estrecho de Gibraltar. Además realizarían inversiones multimillonarias para beneficio de su socio mediterráneo y asegurarían un flujo permanente de capitales ¿Se imaginan las ampliaciones en el puerto de Tarragona que construiríamos para alojar destructores, un par de portaaviones y tres o cuatro submarinos nucleares? ¿Y la ampliación del aeropuerto de Gerona para cobijar los super-bombarderos y cazas, ya se tratase de Mig o F18, que traerían nuestros socios? Y como complemento, no olvidemos mencionar los sueldos que dejarían en nuestros supermercados, bares y restaurantes, los encargados de proteger a Cataluña.


Viéndolo bien, no termino de decidirme si me apetecería formar parte de la Unión Europea. Las opciones fuera de ese Organismo son tantas y tan apetecibles, que voy a seguir analizando el futuro previsible, convencido como estoy de que cualquier sociedad es mejor que seguir siendo una colonia de la Casa de Borbon y los herederos de Francisco Franco.

Mientras tanto podemos estar tranquilos de que la ANC, Artur Mas y sus colaboradores, están  analizando estas y otras opciones. Como buenos catalanes, habrán estudiado los diversos escenarios futuros, diseñado estrategias y preparado planes, incluso los detalles para ordenar la elaboración y distribución de miles de banderitas, ya sean norteamericanas, rusas o chinas, con las que saldríamos a la calle para recibir a nuestros nuevos socios cuando llegue el momento.

NOTA: Si esta columna merece su atención, le rogamos reenviarla a sus conocidos. Gracias.




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