CADAVER EN ALQUILER PARA LA CAMPAÑA - I

Si alguna vez un cadáver ha sido de utilidad, la circunstancia se ha dado en Venezuela. El cadáver de HUGO CHAVEZ FRIAS, embalsamado desde hace más de dos meses, constituye en estos momentos el bien más valioso de la Revolución Bolivariana, dispuesta a continuar empleándolo para consolidar el poder en Venezuela.

Como es bien sabido por el mundo que disfruta de PRENSA LIBRE, Hugo Chávez viajó a Cuba a comienzos de Diciembre pasado, para tratar de salvar su vida con una cuarta operación que extirpase el cáncer que le había invadido. El Comandante sabía que sus posibilidades eran remotas, por no decir imposibles, porque el mal había sufrido una metástasis que aya invadía lo que restaba de la cadera, el fémur, parte del intestino grueso, páncreas, próstata y pulmones. Con la certeza de la muerte inminente, nombró  un sucesor: Nicolás Maduro, que para ese momento era el Vicepresidente del país.

Entendemos que Chávez ingresó al quirófano en La Habana entre el 11 y 12 de Diciembre, del que salió casi descuartizado (disculpad la expresión) por causa de todo lo que fue necesario extirpar. Dos días después los médicos lograron reanimarlo brevemente, pero sin retirarle la serie de máquinas que lo mantenían con vida, entre ellas un respirador que funcionaba a través de un tubo insertado en la tráquea, para suplantar lo poco que quedaba de sus pulmones, insuficiente para oxigenar su sangre que también era recirculada artificialmente.


En algún momento entre el 15 y el 20 de Diciembre, Hugo Chávez dejó de vivir y Cuba se enfrentó al dilema de anunciar la muerte del Comandante en su suelo o devolverlo "vivo" a Caracas. En reunión con las autoridades venezolanas optaron por la segunda alternativa y procedieron de inmediato a embalsamar el cadáver, tomarle fotos, trucarlas, retocarlas, falsificar fechas y preparar a la masa chavista de Venezuela para que pudiera reencontrarse con su Héroe.



A comienzos de Febrero el Comandante Chávez regresó a la Patria. Un día por la mañana el país se enteró de que había vuelto por el aeropuerto de Maiquetía, en horas de la madrugada. Testigos presenciales aseguran que no había ambulancia esperando junto al avión que llevó al enfermo y que nadie vio al Comandante. Solo sabían que el "paciente" había sido llevado al Hospital Militar para proseguir su recuperación. Las inmediatas y posteriores visitas de Jefes de Estado para saludar al Comandante, entre ellos Evo Morales y Cristina Kirchsner, resultaron infructuosas. Nadie pudo verle, ni siquiera a través de un cristal. Solamente Nicolás Maduro aseguraba reunirse con el Presidente Chávez y recibir instrucciones "ingeniosas" sobre las acciones de gobierno a seguir.

Pasada la primera semana de Marzo, el Vicepresidente Nicolás Maduro, el Presidente del Congreso Nacional Diosdado Cabello y el Alto Mando Militar, decidieron comunicar la muerte del Jefe del Estado y preparar una marcha fúnebre que transcurrió desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar, entre una muchedumbre llorosa que rezaba por el descanso del Héroe. Asombra que se sometiera al cadáver a un periplo que duró alrededor de 10 horas bajo el sol tropical, sin que estuviese previamente embalsamado y sin que el inevitable olor a muerte escapase del féretro.

Tras muchas horas de exposición en la Academia Militar, varias guardias de honor formadas por Jefes de Estado y sus Representantes, y una que otra por personal militar, el Vicepresidente Maduro anunció que el cadáver sería embalsamado y que continuaría expuesto a lo largo de otra semana para que el pueblo pudiera satisfacer su necesidad de contemplar el cadáver y despedirse de su ídolo político. No aclaró sin embargo qué tiempo pasaría el cadáver alejado del público, el tiempo imprescindible para realizar el complicado y dilatado proceso de preservación. Los egipcios tardaban varias semanas para momificar los cadáveres sometiendolos a diversos baños químicos y 4000 años después los rusos redujeron ese tiempo a 20 días. Quizás los científicos venezolanos lo puedan realizar en un par de horas para no interrumpir el flujo de visitantes.