viernes, 3 de octubre de 2014

MINISTERIO DE MULTIPLICACION



Desde hace unos años son demasiadas las circunstancias y denuncias que dejan al Ministerio de Defensa con el culo al aire. Deberían cambiarle el nombre a Ministerio de Multiplicación, porque en sus pasillos los precios de las compras se multiplican a sí mismos a la velocidad del sonido. Algunos de sus oficiales están sometidos actualmente a represalias groseras y amenazas porque han denunciado la corrupción descarada que impera en ese Ministerio.


Para muestra de la corrupción que allí impera me referiré al último "negocio" del Ministerio:  3.000 cascos para el Ejército por valor de 3 € millones aproximadamente, lo que equivaldría a cerca de MIL €uros por casco. Así se manejan los precios en el Ministerio de Multiplicación, de los cascos a los tanques, de los fusiles a los barcos. 



Pero ¿de qué se compone un casco militar para que pueda costar 1.000 €? Básicamente se trata de una lámina de acero de alta resistencia estampada para darle una formar que sugiere media esfera con visera. Esta pieza básica  está equipada generalmente con correas de sujeción para la cabeza y un acolchado interior de protección. Complementariamente, al casco básico puede agregarse un forro externo de malla para facilitar el camuflaje en el frente de batalla.


Según hemos averiguado, el precio de estos cascos oscila entre 50 y 70 € por unidades sueltas en las tiendas del ramo.  Por lotes de mil unidades el precio bajaría hasta 30 €.  Para cascos de formato personalizado y aditamentos especiales, el precio podría subir ligeramente en lotes de mil piezas. En consecuencia el precio máximo a pagar por el lote adquirido por Min.Defensa no debería superar 50 € por unidad, o sea alrededor de 150 € mil por los 1000 cascos adquiridos.


Para juzgar si este valor podría justificarse, analicemos las características de una olla de presión. Estas ollas también son estampadas, partiendo de láminas gruesas de duraluminio, un metal más caro que el acero. Se componen de dos piezas básicas, ajustables en forma hermética y dotada de asas, sistema de alivio, válvula de presión y sujeciones diversas, como la que podemos observar en la ilustración. Casi todas estas ollas están dotadas de una pieza inferior de acero, para incrementar su resistencia al fuego.


El esquema técnico adjunto de una olla de presión nos ofrece una idea de sus características y complejidad técnica. El precio de estas olas, para capacidad de 5 litros, oscila entre 60 y 70 € en el mercado minorista del ramo. El precio al mayor, desde 100 piezas en adelante, es inferior a 50 €.


No podemos comprender que una olla de presión tan complicada como las que tenemos en casa cueste 50 € y un casco de acero tenga un valor veinte veces superior: 1.000 €. Naturalmente hay varias explicaciones que justifican la multiplicación: primero: que los negocios de las Fuerzas Armadas son "secretos" y segundo: que el Ministro Morenés es el capo del tráfico y negocios de armas en España. Se trata de una puerta giratoria que no es exactamente giratoria, porque el capo sigue siendo capo en el mercado y en el Ministerio al mismo tiempo.


Su antecesor durante el Gobierno de Aznar, el tristemente célebre Federico Trillo, actualmente Embajador en Londres, viene de la misma charca que Morenés. Trillo fue el protagonista principal del famoso accidente del YAC-42, caído en Turkía. En ese accidente murieron los 62 soldados que volvían a casa tras prestar servicio armado en Asia. 






El contrato de aquel vuelo destapó una red infinita de corruptelas que, además de costar la vida a los soldados, fue continuada a través de increíbles chapuzas oficiales, médicas y jurídicas que a estas alturas no han permitido juzgar a los culpables. Entre otras impunidades, los deudos no han podido identificar adecuadamente los cadáveres. Ni siquiera se ha podido determinar a qué cadáveres pertenecían las tres piernas o dos cabezas que los deudos encontraban en los ataúdes que el Gobierno les entregaba con los restos "certificados" de los muertos. 

Como es práctica habitual en el mundo de corrupción que envuelve a los Gobiernos de España, los primeros "contratistas" que deberían haber traído los soldados a casa, sub-contrataron el trabajo a otros y éstos a terceros (sacando cada cual su tajada) hasta que a los sub-contratistas finales solo les quedaron migajas para buscar un avión destartalado que por una miseria aceptase el riesgo de volar hasta España. Ese fue el YAK-42, un viejo avión ruso de carga, adquirido a precio de chatarra, que naturalmente nunca llegó a destino.



Para entonces, Rusia había desechado los Yak-42 a causa de los muchos accidentes sufridos con estos aparatos, aunque no lo suficiente para que España dejase de transportar en ellos sus soldados y de paso dejar que los "jefes" robasen la mitad del valor del contrato. Así marchan las cosas por el Ministerio de Multiplicación de la Madre Patria. Nadie ha podido ni podrá ponerle remedio a ese cáncer, porque la boca de un fusil sigue siendo el argumento más frecuente y convincente en esa parte de Africa conocida como España.












No hay comentarios:

Publicar un comentario